Por René Medrano Carrasco.
Empezó con expresiones tales como “rait”, “parkearse”, “chance”, “watch”, que fueron utilizados principalmente por los llamados pochos, es decir aquellos mexicanos o latinos que permanecían por algún tiempo en los Estados Unidos y cuando regresaban a su país de origen ya tenían una mezcla de idiomas, que elegantemente le denominan préstamos lingüísticos “temporales”.
A estos usos de lenguajes se les denomina anglicismo, que es la utilización de expresiones o palabras en inglés adecuadas o utilizadas a modo en la lengua española, sin embargo en un tiempo eran empleadas en comunicaciones informales, en platicas coloquiales, e incluso como una especie de invasión intercultural.
En la actualidad estos anglicismos se están apoderando de la comunicación de negocios, a nivel profesional e incluso en los ámbitos académicos y científicos.
Para muestra un botón, cada día es más común escuchar las siglas CEO, proveniente de la abreviación en inglés para referirse al “Chief Executive Officer” –Oficial Ejecutivo en Jefe-, que su aplicación en México es como decir Director Ejecutivo, Consejero Delegado, Presidente Ejecutivo o Principal Oficial.
O también nos encontramos con extranjerismos como, coffee break (pausa para un café), check list revisión de pendientes), target (objetivo, meta), marketing (mercadotecnia), management (administración), feedback (retroalimentación), know how (saber cómo), head hunter (cazador de cabeza), networking (red de trabajo), stakeholders (públicos de interés).
Por citar algunas de las más utilizadas en el ambiente de negocios, pero si damos un vistazo a las áreas académicas o científicas, nos podremos dar cuenta del crecimiento de uso de anglicismos, y escuchamos palabras como: expertice (experiencia o pericia), support (apoyo), keywords (palabras clave), branding (desarrollo de marca), hashtag (etiqueta), online (en línea).
Y el ámbito científico tampoco escapa de la utilización de anglicismos, aunque en este caso llegan a convertirse en denominaciones o usos obligados para la estricta revisión de contenidos que en esta materia se aplican.
Tal es el caso de la redacción de artículos en el área de comunicación, en donde ya es más común el uso de la expresión “social media”, para hablar sobre “redes sociales” (aunque en este caso existe una diferenciación clara que se abordara en otra entrega), para escribir sobre medios de comunicación masivos, lo más utilizado es “mass media” o “community manager”, para hacer alusión a quien maneja las redes sociales de un político o de una empresa.
En este caso en particular, el área de la redacción científica, tiene como propósito homologar vocablos bajo un criterio de manejar un lenguaje común o universal en virtud del propósito de los alcances de estos textos los cuales se pretende sean de conocimiento internacional.
No obstante por lo que se refiere al lenguaje regional, debemos evitar el uso exagerado de los anglicismos pues se convierten en una amenaza contra la lengua local.
Ciertamente la utilización de estas palabras “prestadas” implica modernidad, actualización, evolución, pero puede ocasionar que algunas palabras “nativas”, por llamarlas de una forma posesiva, pueden perderse.