De nueva cuenta el estado de Chihuahua vuelve a ser noticia en el contexto internacional tras confirmar el gobernador de esta entidad, el asesinato de Patrick Braxton, un turista que decidió viajar desde su natal Carolina del Norte en Estados Unidos, hacia nuestra Sierra Tarahumara, donde encontró el fin de su vida.
No es la primera ocasión que este estado recibe “bola negra”: es vetado tanto por Estados Unidos como por Francia y Canadá para impedir que sus connacionales pisen tierras chihuahuenses debido a la inseguridad social por la que atraviesa. En esta ocasión Chihuahua fue ratificado como nivel 3, esto es, un alto grado de peligrosidad para cualquier persona que decida visitar el estado grande.
Sin embargo y ante la negativa imagen que adquirirá nuestra entidad, los empresarios del ramo hotelero y restaurantero ya presagiaron el declive de ingresos económicos que sufrirán con la ausencia del turismo nacional y extranjero. Y no es para menos, la inseguridad es el punto más álgido para chihuahuenses y mexicanos.
Tan sólo en la ciudad de Chihuahua en un periodo de 3 años, se han registrado casi 4 mil robos de vehículos, una cifra alarmante que se traduce en 1,300 vehículos robados por año, en su caso 108 al mes ó 3.6 vehículos hurtados al día. Lamentablemente 4 personas diariamente se enfrentan con esta realidad. Sufren la impotencia de ser víctimas de los malhechores.
A este delito, que va en crecimiento, se le suman los asesinatos, enfrentamientos, secuestros, violaciones y extorsiones. El reporte de la instancia policial confirma que 30 cuerpos han sido encontrados decapitados en un lapso de un mes.
Sin embargo no es novedad enterarse que tanto agentes policiales como mandos de las corporaciones municipales y la Estatal, están involucrados y comprometidos con grupos delincuenciales.
La ciudadanía no cree ya en la autoridad ni judicial, ni investigadora ni preventiva. La percepción social sigue siendo de crecimiento a la violencia y la delincuencia. No es la primera ocasión que en estas entregas de opinión, reflejo la necesidad de desarrollar e implementar un sólido proyecto de prevención, tal y como lo han coincidido regidores capitalinos como legisladores.
Los chihuahuenses sienten que viven inseguros.
De acuerdo a información del Consejo Nacional de Población; de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana y del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los municipios de Chihuahua y Juárez son los más peligrosos del estado y de los primeros a nivel nacional.
En el marco de los tres últimos años, incluyendo al presente, los homicidios dolosos aumentaron en un 90% respecto a este mes del año anterior. En lo que va del 2018, tan sólo entre estas dos ciudades se han registrado 944 homicidios.
El hecho es que a pesar de las grandes inversiones económicas para equipar a los cuerpos policiales, así como la adquisición de tecnologías y sistemas de redes, no se ha logrado reducir las estadísticas ni se ha logrado cambiar la percepción ni el sentido de seguridad para los chihuahuenses.
Desafortunadamente para la autoridad, los hechos están a la vista de todos y la muestra de ellos lo reflejan losmedios informativos. Organizaciones civiles y asociaciones, testifican las estadísticas.