Por Rafael Cano Franco
“¡¡Ya Chole!!” de autoritarismo
Está visto que la izquierda en México es una excelente crítica cuando no está en el gobierno; tienen un sarcasmo y humor negro digno de premio; pero todo cambia cuando estén en el poder; de pronto se han vuelto sensibles, son víctimas de los señalamientos y todo va encaminado a no dejarlos gobernar.
Se equivocan rotundamente, tienen las herramientas para construir un excelente gobierno, para ser los mejores de la historia, pero no han querido empezar.
Lo peor es cuando el líder del grupo que gobierna, asume posiciones de intolerancia; cuando no le gusta lo que se dice de él porque apenas unos meses atrás era considerado “el Salvador de la Patria”, “El Mesías del Cambio”, “el Adalid de la anticorrupción” y de pronto todo eso se convirtió en crítica y cuestionamiento a su persona y a sus decisiones.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador trae tras de sí una larga cauda de momentos que lo exhiben como un personaje autoritario, contradictorio y dual en lo que decide.
Es un capricho personal no seguir con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAIM) y por ello organiza una consulta amañada para justificar su decisión, sin importar que se boten los 61 mil millones de pesos que ya se han invertido, incluso desestimando las demandas millonarias que se puedan originar por la cancelación.
El pretexto para no hacer el NAIM es el ecocidio que supuestamente se comete en lo que queda del lago de Texcoco, aunque ya los expertos en temas hídricos han señalado que no existe tal y han demostrado que no hay afectación a la captación de agua, ni se está secando la pequeña laguna que ahora queda.
También es capricho personal construir un tren en la región del sureste, es una obra que no tiene plan de impacto ambiental, no cuenta con proyecto financiero definido –aunque se menciona es una obra cuyo costo asciende a los 150 mil millones de pesos–, pero sí tiene el respaldo político de los gobernadores de Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, entidades por donde habrá de cruzar dicho ferrocarril.
Ese también es un ecocidio pues su ruta incluye transitar por dos reservas naturales protegidas de la biosfera, pero además afecta zonas arqueológicas de gran valor cultural para México; sin embargo, cuando aparece la crítica, AMLO la desestima diciendo que “¡¡ya Chole!!” y luego asegura que: –“¡¡Va, porque va!!”.
El Presidente Electo también ha dicho que ya no se venderá más petróleo al extranjero, con eso solamente estaría cerrando la llave de una de las mayores fuentes de ingreso a la economía y también le daría un balazo en ambas piernas al gobierno que va a presidir porque si no llegan esos recursos ¿de dónde va a financiar todo lo que ha dicho hará, incluyendo el Tren Maya?
Con tantas ocurrencias que a diario nos receta, es imposible acallar la crítica, resulta muy difícil que no se le considere una “Transformación de Cuarta” a las propuestas que viene planteando y las cuales seguramente se empecinara en llevar a cabo porque a final de cuentas 30 millones de votos lo respaldan.
A López Obrador le molesta la crítica, igual que a su equipo, ambos están convencidos que se trata de una acción concertada por los grupos de poder que a partir del 1 de diciembre dejarán el poder; acusan que la “mafia del poder”, el PRIAN” y la “prensa Fifí” acordaron no permitir el avance de su gobierno.
El diagnóstico es equivocado a conveniencia y con dolo; no es casual que ahora pretendan crear una Comisión de Contenidos, cuya función será revisar lo que aparezca en medios: pasa todo aquello que sea positivo al gobierno de AMLO, se censura todo tipo de crítica.
El autoritarismo, la censura y el deseo de acotar libertades es solamente una manifestación del enorme deseo de volver al sistema cerrado, aquel que se agotó con la elección del 2000 y que permitió a López Obrador ser candidato tres veces, hasta que finalmente ganó.
La gravedad del problema es que una sociedad a la cual se le conculcan las libertades de inmediato empieza a retroceder, se aísla del progreso y crea pobres para tener respaldo popular y así mantener el poder: igual que el PRI de los 70´s.
Rafael Cano Franco es reportero y conductor de noticias, también preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.