Un innovador y hasta sorpresivo parque de aviación en El Charco, fue inaugurado ayer por el alcalde Marco Bonilla rodeado de la alta alcurnia del poder económico de Chihuahua.
Se trata de una gran apuesta, sin duda, en la olvidada comunidad, una de los cinco seccionales del Municipio de Chihuahua, alguna vez considerada como el paso de la Ruta de la Plata.
No es la primera vez que los empresarios de Chihuahua voltean los ojos a ese paso-puerto hacia la Sierra Tarahumara; se han intentado fraccionamientos y desarrollos agrícolas, con poco éxito.
Por eso sorprende que la apuesta sea ahora de un Aeropuerto y un Aeroparque Multimodal, donde dicen, habrá trasiego de mercancías por vía aérea, terrestre y ferroviaria.
Pero para el alcalde Bonilla fue el primer gran proyecto económico que pone en marcha y del que pueden resultar una buena derrama económica y por supuesto, muchos empleos.
Por lo menos ahora, El Charco será la envidia de sus otros hermanos seccionales igual de olvidados: El Sauz, Ciénega de Ortiz, Colonia Soto y Guadalupe
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Vicente Fox se regodeó, así con todas sus letras, al conocer que el presidente Andrés Manuel López Obrador, le sacó asistir al Senado para entregar la medalla Belisario Domínguez.
Fox “culpó” a la senadora Lili Téllez de ser la causante de que El Peje declinara la asistencia, por temor a enfrentar a quien ha sido una de sus mayores críticas en la política.
La senadora Xóchilt Gálvez se sumó a las críticas al conocerse la decisión de AMLO de no acudir a entregar la medalla a Ifigenia Martínez y post mortem a Manuel Velasco. La senadora portó una pancarta que decía: ¡No le saque!
En el regodeo, Fox le escribió a Téllez: “Lilly le diste un gran calambre!! “Bravo, demostraste que le tiene pánico (sic): Al senado. A la cámara. Al extranjero. Y…… . A las (sic) mujeres. Descubriste su ‘talón de Aquiles’”.
En el bombardeo político contra AMLO los pejistas no asomaron ni la cabeza.
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Más allá de que Mark Zuckerberg haya perdido casi 7 mil millones de dólares, el desplome de las redes sociales Facebook, Instragram y WhatsApp durante unas seis horas, nos enseñó una dura y dolorosa lección.
Demostró que vivimos no solo bajo el influjo de esas redes, sino absolutamente controlados por ellas. El colapso afectó empresas, instituciones y hasta el periodismo que desde hace buen rato perdió su esencia informativa.
Somos una sociedad que depende grotescamente de la tecnología, de los teléfonos móviles y las computadoras. Hasta las actividades académicas se suspendieron.
Por momentos el mundo se sintió desconectado y muy aliviado cuando se recuperaron las redes y la comunicación virtual, intangible, volvió a sus manos.
Nos demostró que estamos totalmente bajo el control de unos cuantos.
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Andrés Manuel López Obrador insiste que su reforma eléctrica, la Electric-Law, no significa ni nacionalización ni confiscación de las empresas productoras de energía.
Sin embargo, en los anuncios de la CFE que aparecen desde ayer lunes en cuanta radio y televisión existe, afirman que “la luz volverá a ser tuya”.
AMLO insiste en que solo se trata de poner orden y acabar con la corrupción en la CFE y que las empresas mantendrán el 46 por ciento de la generación de energía que tienen actualmente.
Pero no habla de que la reforma surgió a raíz de que su Presidencia perdió todos los amparos contras las empresas inversoras de energía limpias, luego de que por decreto les cancelaron los permisos y suspendieron las actividades en los parques.
Lo que pasa es que no encuentra consenso legislativo para que le aprueben la ley y por eso suavizó el discurso, para que la gente crea, aunque al final pase lo que con el Peje-Gas, que salió más caro el caldo que las albóndigas.
