Por Rafael Cano Franco.
En diversos momentos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que la alianza de partidos políticos, se va a convertir en un boomerang que termine por golpear a los partidos que la integran y que sus efectos serán contraproducentes para ellos.
En su afán de descalificar que PAN-PRI-PRD, se unan para ir juntos en la elección, el presidente ha dicho que estos partidos “son lo mismo”, una expresión en la que insiste desde que estaba en la oposición.
Por supuesto, López Obrador mira la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.
La realidad es que la primera alianza que hizo el PRD con el PAN, fue cuando López Obrador era dirigente de ese partido; lo cierto es que llegó a la Presidencia de la República, gracias al apoyo de partidos políticos tan divergentes como Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), el primero un conglomerado donde se aglutinan políticos que llegaron defenestrados de otros institutos políticos.
El PT es un partido de izquierda que sirvió al PRI, de hecho, es creación de Carlos Salinas de Gortari; mientras que el PES es un partido derivado de las iglesias evangélicas, con una alta influencia de derecha y diametralmente opuesto a la línea ideológica de Morena y del PT, incluso de la 4T, pero eso no le impidió hacer alianza.
Es más, para la elección que se avecina lo que se ve es un reciclaje en Morena: en Chihuahua un ex panista como el ahora senador por Morena, Cruz Pérez Cuéllar buscará la gubernatura; en Sonora un ex militante del PRI. PAN y del PRD, como lo es Alfonso Durazo va por la gubernatura.
El problema no son las alianzas sino los candidatos que postula.
En Sonora Alfonso Durazo, ha dicho que su partido, Morena, no va a ir recogiendo el “cascajo” que dejaron otros partidos políticos; esa debe ser una fórmula que se repita en otras entidades, porque ya Morena no puede darse el lujo de dejar fuera de la contienda a sus cuadros más importantes.
Desde la alianza tripartita de partidos el dirigente del PAN, Marko Cortés Mendoza, ha dicho que una de las características que deben tener sus candidatos es ser perfiles de reconocida honestidad, de gran atractivo social, con una trayectoria que los diferencien de los políticos convencionales y que puedan ganar.
Más claro: se trata de ir con los mejores perfiles que existen en cada uno de esos partidos.
Por lo pronto, ya hay acuerdos que permiten establecer alianzas en las elecciones en entidades como San Luis Potosí, Michoacán, Baja California Sur, Sonora y otras que se pudieran sumar. Pero además también acordaron alianzas en 158 distritos electorales, con eso queda claro que se trata de buscar una mayoría legislativa, para generar un contrapeso a las decisiones políticas que provienen del Ejecutivo y que ahora pasan sin mayores modificaciones.
El presidente López Obrador, tiene la tendencia de burlarse de aquello que sabe le puede resultar perjudicial a su proyecto político o que en realidad representa un frente opositor a su gobierno: lo hizo con las primeras manifestaciones de la organización FRENAA, que paulatinamente fueron creciendo, pero que terminaron por no cumplir su objetivo que era obligarlo a renunciar el 30 de noviembre.
Ahora se burla de la alianza de partidos políticos opositores, pero las encuestas muestran que la tendencia es que crezca en la preferencia popular y no que se debilite; una alianza que realmente pueda presentarse ante el electorado como ganadora, con un proyecto de gobierno que sea divergente al de la 4T, pero que no trastorne a los ciudadanos en los beneficios que ya obtienen del gobierno, eso no solamente es altamente factible, también tiene altas posibilidades de triunfo. Por eso la descalificación y la burla; más por el nerviosismo que implica perder la Cámara de Diputados y algunas elecciones locales lo que truncaría la “CuatroTe” que por ser un proyecto fallido.