Por Rubén Iñiguez
Tal parece que el sueño de disfrutar la gasolina barata, nos duró solo un suspiro, pues regresaron los altos precios del hidrocarburo pese a la promesa de López Obrador de bajar su costo de manera permanente, pues no existe justificación alguna para que la gasolina suba, ya que el valor del petróleo sigue estando muy bajo en los mercados internacionales.
Lo que pretenden ocultar, es que el actual gobierno de la 4T ya no tiene dinero en sus arcas federales, por lo que es urgente recaudar fondos e impuestos a cómo de lugar, y parece ser que la gasolina es el camino aprendido por los gobiernos anteriores. A chupar el jugoso IVA (impuesto al valor agregado) y el IEPS, (el impuesto especial por consumos y servicios).
A pesar de que miles de personas han perdido su empleo por el Covid-19, no hay una solución financiera que ponga fin a la inflación, misma que afirman los especialistas en economía, ronda en un 6%
A todo esto le sumamos los incrementos en alimentos, no es más que otro golpe bajo para la clase media, a la que parece están empeñados en desaparecer. No hay como poder apoyar a este sector de la población, pues el gobierno tiene los bolsillos vacíos, en pocas palabras, no gasta ni en sus damnificados, pero si dona millones de dólares para los centroamericanos.
Lo más curioso de todo, es que no hay protestas. Bien puede costar el litro de gasolina en 22 pesos o más, y pocos son los que alzan la voz. Parece que el monopolio de las manifestaciones contra los gasolinazos, se perdieron cuando AMLO llegó al poder.
Otro dato alarmante es el tema del INFONAVIT, en el que se reportó una cifra de desempleo de 1.5 millones de trabajadores. Esto podría provocar en una espiral crítica financiera, pero a nadie le preocupa. No está en la mira del presidente. Muchos trabajadores están renegociando su deuda por cambios de sistemas contables y morosidad. El Instituto ofrece prórrogas de tiempo para realizar los pagos, pero los especialistas en finanzas, recomiendan un seguro nacional de desempleo para los trabajadores formales. Con 600 mil empresas a punto de tronar, la situación puede arrastrar al instituto de vivienda.
“En una de las mañaneras presidenciales” Andrés Manuel recomendó a su propio personal, que se comportaran como insurgentes, tratando de imitar a Morelos, y así trabajar por la Patria, como en el siglo XIX, sin computadoras, sin impresoras ni copiadoras. El problema es que busca ahorrarse “unos cuantos pesos” en equipo y material necesario para el trabajo diario de sus dependencias, pero sigue gastando miles de millones en proyectos inviables como el Tren Maya, la refinería de 2 bocas o el aeropuerto de Santa Lucía.
La idea de compartir computadora entre dos o tres servidores públicos, es verdaderamente absurda, sin embargo, ha sido soportada por el silencio. Ninguna protesta, ni de los afectados de la Secretaría de Economía ni de nadie, parece qué existe un temor fundado a las represalias que pueda haber en su contra. Nos quieren regresar al borrador de migajón, al lapíz y las máquinas manuales de 1960. Absurdo, tras absurdo pero nadie lo considera motivo de reclamo.
AMLO golpeó al instituto de Transparencia, además le pidieron la renuncia a Candelaria Ochoa, quien fungía como titular del organismo para Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Pues para el primer mandatario, son entes innecesarios y es una más de las inexplicables oficinas que se deben “sacrificar en el altar de los ahorros”, para seguir con “las obras faraónicas”. ¿Ahora a quién le importa la transparencia, o la violencia contra las mujeres?, a pesar de que son indispensables para fortalecer la democracia, la equidad, el derecho a saber con claridad en que se gastan los recursos públicos. ¿Pero a quien le importa, no es motivo de una protesta?
Nadie se anima a ser una verdadera oposición al gobierno federal, las manifestaciones escasean, no son como antes, como cuando AMLO buscaba el poder y de cada acusación, seguía una inevitable marcha. Era más útil como opositor que como gobernante, porque nomás no da una al frente del ejecutivo. Cómo crítico, no tiene igual, pero como presidente no soporta que lo critiquen.
Nadie cierra carreteras, o detiene los trenes, ni tampoco ocupa las escuelas, o hace plantones permanentes. De verdad hasta se extraña el sabor folklórico que le daban a la Ciudad de México, a Oaxaca y a Guerrero, con sus brazos ejecutores como los maestros de la CNTE, pues se encariñaban con su torta, su tele portátil, su casa de campaña, además de las tertulias románticas y bacanales que se armaban en dichos campamentos. Todo ello pagado en nómina o en gratificación directa.
Todo parece indicar que las protestas son exclusivas de la izquierda radical, y/o es marca registrada de AMLO S.A de C.V. y asociados amlovers
Gira todo en torno al presidente, y nadie está autorizado a contradecirlo. Sin embargo, realizó un viaje al país vecino del norte, demasiado incongruente que al tiempo mostrará sus consecuencias. Contradijo sus pronunciamientos en materia exterior con respecto a su homólogo de los Estados Unidos. Se le olvidó la agenda de los migrantes, se le olvidó también hablar de todas las familias mexicanas que han sido separadas en Estados Unidos, se le olvidó hablar de la discriminación que sufren día con día nuestros hermanos mexicanos que radican en USA, que dicho sea de paso, es alentada por el mismo Trump en cada uno de sus discursos.
Cierto, van dos años sin protestas estruendosas … Sólo las de ya saben quién, con 18 años de experiencia. Hacía manifestaciones cortas, largas, ridículas, tomaba protesta como presidente legítimo, hacia plantones permanentes, agitaba al magisterio, a los estudiantiles de las normales rurales, convocaba a marchas caóticas, anárquicas, bien gratificadas por el arrastre, pero hoy todo cambió, “está cedado el Tigre con el hueso que le da la 4T”, con subsidios en Palacio Nacional.
Con todo lo anterior, no quiero demeritar las protestas de los familiares de desaparecidos, de las víctimas de la violencia, de las mujeres agredidas y del colectivo feminista, además de los policías federales desempleados, de las caravanas por la paz, de los contratistas sin paga, de los padres de niños con cáncer, de los médicos mal equipados y exhaustos, o las cuatro caravanas vehiculares organizadas por el colectivo FRENA, de los ecologistas anti-tren maya, de los padres de guarderías cerradas, o de la gente de sectores desprotegidos por la austeridad, de desempleados oficiales, de órganos anti-discriminación…
El problema es que ya no son vistos, ni oídos por el actual gobierno federal. Al contrario, son ninguneados, ignorados y vapuleados en las redes sociales por los robotsAmlovers.
Creo que echamos a perder a AMLO al darle la responsabilidad de gobernar al país. Ya nos ha demostrado una y otra vez que no sabe gobernar, pero al menos como oposición, le daba un cierto equilibrio y contrapeso al sistema.