En su participación en los Diálogos Coparmex, la exsenadora del PRI, Graciela Ortiz González, describió lo que quiere y le gustaría para Chihuahua, más no dijo si con ella al frente.
Esbozó un estado con altura de miras, con programas y planes de desarrollo de largo alcance y dejar de permitir que los gobiernos actúen o mejor dicho, gobiernen, en base a ocurrencias.
La participación de ‘Chela’ había sido esperada, sobre todo para que definiera su participación o al menos su posición para las elecciones del 2021, pero hábilmente le dio la vuelta.
Actualmente se desempeña como Secretaria de Organización del CEN del PRI, desde donde se ha vuelto a posicionar de manera que apareció en las encuestas recientes y con muy buenos lugares.
Pero lo más trascendente que dijo ayer ante los empresarios en su participación virtual, fue que es tiempo pensar en un Chihuahua de largo alcance, con un plan que sigan varias administraciones estatales y que no vengan cada seis años a trabajar en base a coyunturas.
Por los Diálogos Coparmex ya desfilaron la alcaldesa capitalina, María Eugenia Campos, Cruz Pérez Cuéllar, Gustavo Madero, Alejandro Cano y Rafael Espino. Muchos estiman que de ahí saldrán los candidatos al Gobierno del Estado.
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Por lo menos una veintena de diputados de diversas fracciones parlamentarias se juntaron en la Plaza de Armas para formar un frente en contra de la propuesta de reforma del gobernador Javier Corral.
Los legisladores pertenecen a los partidos PT, Verde Ecologista y MORENA, al menos los que se hicieron visibles, porque entre las filas del PAN hay varios que estarían encantados de aparecer en esas fotografías.
El PRI también se ha pronunciado en contra de la iniciativa que por cierto, aún no es presentada ante el Congreso.
Los diputados Alejandro Gloria González, del Verde; Rubén Aguilar Jiménez del PT y Miguel Ángel Colunga Martínez de MORENA, fueron los voceros del naciente frente anti-reforma.
Lo que llama la atención es que de pronto, a estos legisladores que el COVID-19 (coronavirus) y las clases pobres de Chihuahua, les habían valido un soberano cacahuate, es decir, nunca se han preocupado por su bienestar y de pronto, ahora ponen los problemas sociales como muro para evitar que pase la reforma electoral.
Según ellos, son más urgentes los problemas de la salud y la economía que se han visto agravados por la contingencia y claro que son mucho más urgentes, pero no ahora, sino de siempre.
Obvio, quieren ganar la simpatía de la gente en este tema, pero bien harían en anotar estos temas en sus agendas, para tenerlo presente siempre que aspiren a algo y no solo como coyuntura jugando con la miseria del pueblo.
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Total que el gobernador Javier Corral no sale de una para cuando ya entró en otra.
En el tema de la seguridad pública, apenas logró sacudirse un enfrentamiento protagonizado por el ex de la CES, Marcelino Aparicio, contra el fiscal César Augusto Peniche, el cual no permitía un combate eficaz contra la delincuencia y el crimen organizado
Pero ya tiene otro enfrentamiento en puerta y quizá de mayores proporciones: el fiscal Peniche contra el secretario de Seguridad Pública Estatal, Emilio García Ruiz.
Ayer se evidenció la disputa cuando primero los medios de comunicación fueron convocados para una rueda de prensa (virtual) conjunta entre ambos personajes, Emilio y Peniche, pero a los pocos minutos ya estaban modificando la convocatoria desde el Gobierno del Estado.
El tema era la detención de 9 policías corruptos de Chihuahua y Juárez, quienes el 30 de mayo habían robado y acusado falsamente a un joven de Ciudad Juárez. Presumirían que era la primera acción conjunta de ambas dependencias tras la salida del chiapaneco Aparicio.
Pero ¡tómala! Que el fiscal se adelantó con la información y mandó difundir un boletín de prensa con todos los detalles de la detención pero sin darle crédito a la Secretaría de Seguridad.
Sonaron las alarmas en Palacio y la rueda de prensa se cambió y tuvo que ser el gobernador quien la dirigiera y les diera incluso, la palabra primero al fiscal y luego al secretario.
La tensión fue evidente, Corral se limitó a dar una introducción, para luego dejar que unos cabizbajos, o mejor dicho, regañados funcionarios, tomaran la palabra.
Esto ya se veía venir, desde que se creó la Secretaría que le quitó una gran influencia en muchas de las áreas de seguridad a la Fiscalía y le dejó solo las referentes a la procuración de justicia, pero obviamente, los dos quieren la rebanada grande del pastel.
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Cuando todas las miradas recriminatorias estaban enfocadas al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, por los desmanes ocurridos al conocerse el homicidio del albañil Jeovanni López, ocurrido ya hace un mes, el mandatario reviró y muy fuerte.
Antes, hay que decir que Alfaro era criticado duramente, primero porque su Fiscalía había ocultado el caso del homicidio y porque a un mes del suceso no se ha castigado a nadie.
Luego, porque se hizo de la vista gorda al ver los desmanes en las protestas que terminaron con una veintena de detenidos, muchos golpeados y dos patrullas policiacas incendiadas.
Se reclamaba que Alfaron no había dado la cara a la sociedad a través de los medios de comunicación y apenas si había lanzado un twitter condenando los dos hechos: la muerta de Jovanni y los desamanes.
Finalmente, anoche emitió un mensaje público en el que acusó directamente a la Cuarta Transformación de estar detrás de los desórdenes, afirmó que se trató de un taque orquestado desde la Ciudad de México.
El mensaje fue: “Fueron infiltrados que representan intereses construidos desde la Ciudad de México, desde los sótanos del poder, quienes están detrás de los actos violentos en la manifestación por el asesinato de Giovanni López.
Luego le pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador “que le diga a su gente y a su partido que ojalá y estén midiendo lo que están haciendo, el daño que están generando al país con este ambiente de confrontación, porque son ellos justamente los que han generado todo esto que estamos viviendo”, refiriéndose a los destrozos.
El gobernador emanado del partido Movimiento Ciudadano, afirma que detrás de los actos de violencia hay muchas mentiras que irán cayendo poco a poco y que las ‘otras intenciones’ darán evidencia, ya que muchos manifestantes ni son de Jalisco ni de Guadalajara”.
La verdad es que Alfaro se vio lento para controlas los desmanes, pero en el mensaje dejó entrever que antes de salir ante los medios de comunicación, reunió evidencias para respaldar su acusación.
Nada más.
