*Secuelas emocionales y de salud les impiden reintregrarse de inmediato a su entorno laboral
El diputado Omar Bazán propuso al gobierno estatal apoye económica y sicológicamente a pacientes de COVID-19 dados de alta, debido a las secuelas emocionales y de salud que conlleva la enfermedad.
A través de una iniciativa de punto de acuerdo que presentó en el Congreso, el también dirigente estatal del PRI propone al gobierno estatal establezca un programa especial de apoyo durante seis meses.
Una persona contagiada no puede reintegrarse a su entorno laboral los primeros 15 días de haber sido dada de alta, pues los médicos deben asegurarse que no tiene un nuevo síntoma y que su organismo recupera las defensas disminuidas a causa del virus, argumentó Bazán Flores.
No están en condiciones para ejercer cualquier trabajo, añadió.
De acuerdo a especialistas, pacientes dados de alta deberán seguir ciertos tratamientos para prevenir neumonías, problemas cardíacos, renales y derrame cerebral.
Las personas mayores, las más afectadas por el coronavirus, corren un mayor riesgo de padecer a largo plazo otro tipo de enfermedades graves o incluso discapacidad, según Sharon Inouye, geriatra de la Escuela de Medicina de Harvard dedicada al cuidado de la tercera edad.
Otra posibilidad es la atrofia muscular como daño colateral, explica Dale Needham, médico de cuidados intensivos de la Universidad Johns Hopkins.
Las infecciones respiratorias graves obligan a los afectados a pasar largos períodos conectados a respiradores provocando casos de atrofia muscular y debilidad ante la falta de movilidad.
Los tratamientos que mantienen a los pacientes “lo más lúcidos y móviles posibles”, especialmente durante la enfermedad, ayudan a mitigar las secuelas a largo plazo. Sin embargo, el colapso de los servicios sanitarios y la naturaleza infecciosa del virus impiden, en muchos casos, la realización de estas prácticas.
Ademas de las secuelas físicas, dijo también el diputado Omar Bazán, habría que sumar los efectos psicológicos del COVID-19.
“Los profesionales prevén un aumento importante de problemas de salud mental como ansiedad y depresión”, indicó.
Un estudio reveló que un tercio de las personas hospitalizadas por SARS había desarrollado síntomas moderados o severos de depresión hasta un año después de superar la enfermedad, sostuvo por último el diputado priista.