El pasado 25 de agosto el próximo Secretario de Salud, Jorge Alcocer, expresó su intención de legalizar el delito de aborto [1]. Utiliza el falso argumento de que debe cometerse en un ambiente seguro, sanitaria y médicamente. Esto es un engaño ya que un aborto, aunque sea legal, no es seguro. El aborto legal o ilegal siempre implica riesgos pues al matar al bebé las mujeres podemos padecer hemorragias, infecciones, etcétera, que nos lleven a la muerte. Fue el caso de 101 mujeres de Finlandia que murieron víctimas del “aborto seguro”, como lo mostró desde hace décadas un estudio realizado en 1994 [2]. Ese estudio indica que las mujeres que abortaron tuvieron 3 y media veces más probabilidades de morir que las que dieron a luz [3].
La mujer siempre corre riesgos en un aborto, y ese riesgo es de muerte.
Irlanda contaba con una de las tasas más bajas de mortalidad materna del mundo antes de legalizar el delito de aborto. En el año 2015, por ejemplo, el índice de mortalidad materna en Estados Unidos era 75% superior al de Irlanda [4].
Los promotores del aborto en Irlanda engañosamente afirmaban proteger la salud de la mujer, pero en realidad ese país ya tenía mejores indicadores de salud materna que otros en los que se había legalizado el aborto. EL PROBLEMA ES QUE EL ABORTO NO DESEMBARAZA A LA MUJER, SINO QUE LA CONVIERTE EN MADRE DE UNA HIJA MUERTA O DE UN HIJO MUERTO.