Por René Medrano Carrasco
Para construir un edificio se necesitan ingenieros, para curar a las personas se requieren médicos y enfermeras, para hacer una canción tiene que haber músicos, para lograr una obra de arte se precisa de artistas, la educación se logra con maestros, luego entonces para hacer periodismo hacen falta periodistas.
Hace poco más de una década el tema de Wikileaks, despertó un debate sobre si pudiera considerarse periodismo al hecho de “colgar” en internet documentos confidenciales sin que medie filtro alguno, análisis o valorar si la información es de interés público.
Sólo para dar contexto a la denominación “WikiLeaks”, cito lo dicho por el editor de esta página de internet (WikiLeaks), Julian Assange, en una entrevista realizada por la BBC: (Carlos Chirinos BBC Mundo, Washington, 7 abril 2010) “WikiLeaks es un servicio público internacional (…) nos especializamos en permitir a periodistas o informantes que han sido censurados en presentar sus materiales al público”, además explicó el origen del nombre: “Wiki significa rápido en hawaiano”, (leak quiere decir filtración) así que WikiLeaks significa “filtraciones rápidas”, un nombre inspirado por Wikipedia, la famosa base de datos on line”.
Wikileaks tomo fama internacional a raíz de la filtración de documentos clasificados (papeles le llamaron) obtenidos del Departamento de la Defensa de los Estados Unidos, de la CIA y de algunos otros gobiernos, todos los documentos revelaban información comprometedora sobre acciones gubernamentales que se encontraban en la línea de lo ilegal.
En fin este debate sobre la filtración de información como una forma de “tentar” a los periodistas para iniciar una investigación ha sido muy discutido, pero en el ejercicio profesional del periodismo de investigación ha quedado muy claro que una filtración solo puede ser usada como un indicio para iniciar una investigación, pero si no se logra confirmar esta información con una o varias fuentes entonces no se debe publicar, porque la “filtración”, invariablemente llega de fuentes anónimas.
Ahora este debate se traslada al uso de las redes sociales y del whatsapp, para compartir y reenviar contenidos como una supuesta forma de hacer periodismo, como si el sólo hecho de “captar” un accidente, grabar una discusión, hacer un video a escondidas o incluso editar una imagen (meme) fuera hacer periodismo.
Esta acción no tiene ningún filtro, no hay análisis, no existe recopilación de información, verificación de la fuente y mucho menos checar una segunda fuente y del contexto ni que decir.
Eso no es hacer periodismo, García Márquez dijo: “el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.
García Márquez, ofreció un discurso profético ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Los Ángeles, U.S.A., el 7 de octubre de 1996, aún ni siquiera cobraba fuerza el internet, mucho menos las redes sociales: “el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante”.
Hace casi 22 años el periodista-escritor Gabriel García Márquez, ya advertía la “deshumanización” del periodismo imaginemos cuales sería sus palabras ahora.
Compartir y reenviar videos, audios o fotos no es hacer periodismo, para hacer periodismo hacen falta periodistas.
