Por: José Luis Domínguez Castillo
La Universidad Autónoma de Chihuahua nos ha dado muchas satisfacciones a lo largo de su historia, como maestros, estudiantes y empleados. A unos más, a otros menos, pero la oportunidad ahí ha estado y la diferencia es marcada por la capacidad y entrega de cada quien.
Con responsable observación, debemos reconocer que la UACh no está en su mejor estándar a nivel nacional. Los recursos económicos siempre serán necesarios y, lamentablemente, cada vez son menos para instituciones de educación superior como nuestra Alma Mater.
Sin embargo, ello no es pretexto para dejar de impulsar las actividades que desarrolla cada año en casi todo el estado de Chihuahua. Sus logros y crecimiento la mantienen, a pesar de la crisis, entre las mejores al norte del país.
Resulta gratificante saber que catedráticos de las diferentes facultades son reconocidos por su valiosa aportación en las aulas y muchos otros como destacados escritores, incluso no pocos en ambas funciones.
Lo mismo sucede con muchos de sus brillantes alumnos que han puesto en alto el nombre de la UACh, dentro y fuera del territorio nacional. La Universidad ha sido generosa con apoyos para su efectivo desempeño personal y de grupo, en todas las áreas del conocimiento y práctica.
Esas dos figuras, maestros y estudiantes, podrán ser las más ubicadas en el contexto social, sobresaliendo en sus participaciones deportivas. Pero hay también un importante segmento que tiene a la Universidad de pie y cumpliendo los retos que las circunstancias actuales le presentan: sus empleados, sindicalizados y de confianza.
¿Pero qué tiene que ver todo lo anterior con un perro, más bien; qué tiene qué ver un perro con la Universidad, y porqué se le menciona como orgullo de ser UACh? Bueno, el caso es muy especial porque ese “Perro” es ya un ícono para la máxima Casa de Estudios.
Se trata de Rubén Hernández que no es maestro, aunque sí fue estudiante, pero empleado por más de 25 años al servicio de la UACh. Es “El Perro” un ejemplo de esfuerzo y de tenacidad: Cursó su preparatoria (fue mi alumno en el Colegio Pre-Universitario de Chihuahua) y luego se graduó de ingeniero en Ecología, desarrolló una carrera deportiva con la que ha representado a México y a Chihuahua en 12 Mundiales de Levantamiento de Pesas, o “Powerlifting”.
Rubén siempre dice: “Me siento agradecido, pero sobre todo comprometido, me siento ¡orgulloso de ser UACh!”. Su más reciente participación fue este pasado fin de semana, en la Ciudad de México, de donde se trajo medallas de oro y plata para mayor cúmulo de preseas, trofeos y reconocimientos en su vitrina personal.
Los triunfos no han mareado, como sí a muchos otros, a quien se desempeña como jefe del personal de Vigilancia de la UACh. Es un “Perro” humilde y sencillo que se ha ganado a pulso ser considerado un orgullo de la Universidad Autónoma de Chihuahua.