El rechazo de la reforma educativa que sucedió en el pleno del Senado el pasado 30 de abril supone una oportunidad. Se abre la posibilidad de alimentar sustancialmente un debate público que ponga a la educación en el centro. No sólo tratándola como un área pública que requiere mayores recursos financieros para extender cobertura, sino como un área estratégica con una necesidad urgente de aumentar la calidad educativa.
La educación, como objetivo de política pública, es una de las piedras angulares para el desarrollo. Sin ella, la posibilidad de acceder a la economía del conocimiento y la democratización de la productividad es imposible. A pesar de ello, la deuda que México tiene en el tema es evidente. Entre los países miembros de la OCDE, México ocupa el vergonzoso último lugar de la prueba PISA. Así mismo, solo el 23% de los jóvenes mexicanos tienen educación superior, muy por debajo del 44% de los países de la organización.
En COPARMEX, observamos con profunda consternación retrocesos en temas críticos como son la supuesta gratuidad de la educación, la eliminación de la evaluación docente y la ausencia de un plan estratégico en materia educativa.
1. Gratuidad
La reforma educativa de manera expresa decreta la gratuidad de la educación superior, incluyendo la obligación de garantizar que las universidades públicas cuenten con el presupuesto necesario.
Sin embargo, el presupuesto público no está posibilitado para cumplir esta propuesta. De 2017 a 2019, la participación de los recursos federales destinados a la educación superior respecto a la inversión total en educación pasó de 72 a 66%. Además, en el PEF 2019, los recursos para educación superior disminuyeron 0.5% respecto a 2018. Actualmente, 56% de su presupuesto proviene de la federación, 29% de subsidios estatales y el restante 15% de recursos propios.
Los graves problemas financieros que enfrentan las universidades públicas se están multiplicando en todo el país. Universidades estatales, como las de Baja California, Guerrero, Morelos, Oaxaca o Tabasco, incluso han enfrentado dificultades para cubrir su nómina.
Es por ello que el camino a la gratuidad debe comenzar por el establecimiento de reglas claras en la asignación de sus recursos, acompañadas de fórmulas, con base en indicadores de desempeño, transparencia y eficacia en el uso de los recursos.
También, se debe fomentar la mayor recaudación de recursos propios, así como las aportaciones de los estados y municipios hasta alcanzar el objetivo de 50-50.
2. Evaluación docente
Más aún, la reforma educativa deja un mensaje claro y alarmante: no habrá consecuencias para un mal desempeño de los docentes. No vincula la permanencia de los maestros al resultado de sus evaluaciones. Con ello, abre la puerta al regreso de prácticas perjudiciales para la enseñanza como la venta de plazas.
Además, el sindicato de maestros podría tener el control de la mitad de las plazas de nueva creación, una medida contraria a la transparencia, y a la recompensa basada en el mérito.
Ante esto, urge ampliar consolidar la rectoría del Estado en materia educativa. Mantener el control de las plazas, así como la capacitación y evaluación continua a docentes.
Así mismo, se deben tener consecuencias a los bajos desempeños de los maestros. Sin ello no habrá incentivos a aumentar la calidad educativa.
3. PND
Finalmente, es urgente que el gobierno presente una estrategia clara y coherente a nivel nacional.
El PND presentado hace unos días, no es un documento digno de la altura de miras que requiere el problema educativo en México. Es un simple recuento de culpas sobre la situación educativa. No expone una estrategia puntual para superar los problemas. No se plantean objetivos ni estrategias claras que den certidumbre al rumbo que tomaremos en estos años.
Hacemos un llamado al gobierno para ampliar el apartado sobre educación en el PND. Es necesario que se den a conocer de forma puntual cuáles serán las estrategias, rutas de acción, metas e indicadores que se plantean conseguir en este sexenio. Sin ello, el camino al éxito es imposible.
Cierre
En Coparmex, reiteramos nuestro llamado al gobierno para hacer un verdadero compromiso con la calidad educativa y el futuro de México. Parafraseando a Benito Juárez, líder ideológico de esta administración, hagamos que la educación sea la base de la prosperidad para México.
El regreso de la reforma educativa a la Cámara de Diputados debe abrir un espacio para la reflexión de estos temas y muchos más que expertos y organismos de la sociedad civil han expuesto.
No permitamos que la calidad educativa, y los avances que hemos dado en la materia, sean secuestrados por quienes se empeñan en hacernos retroceder como país.
México merece y puede tener un mejor futuro.