• Atienden estudiantes y docentes de UACH a 33 niños, niñas y jóvenes con espectro autista
El Centro Municipal de Equinoterapia atiende actualmente a 33 niños, niñas y jóvenes con el trastorno del espectro autismo, a quienes todos los días se les brinda la terapia que les ayuda para mejorar sus condiciones de salud física y mental.
Lo anterior fue informado por el profesor Efraín Fernández Aguilera, encargado del Centro, quien detalló que se cuenta con otros 63 pacientes con patologías como trastorno de hiperactividad, discapacidad motriz e intelectual.
En el marco del Día Internacional del Autismo, mencionó que todos los días se brinda una atención integral a quienes acuden a las instalaciones, ubicadas en el parque El Acueducto, en donde se tienen las herramientas para brindar la atención adecuada, “El Centro cuenta con una de las salas sensoriales más equipadas del norte del país, lo que ayuda a estimular y relajar a los pacientes”, dijo.
Las acciones a favor de los niños y jóvenes se brindan a través de los terapeutas de la institución, con la ayuda de los co-terapeutas: General, Pirruris, Macub y Vikinga, que son los cuatro caballos que actualmente prestan su servicio a la población asistente.
Fernández Aguilera resaltó la importancia de la equinoterapia como parte de la rehabilitación de trastornos y algunas enfermedades, que les permite a los pacientes trabajar los músculos y la coordinación al momento de montar los caballos.
Explicó que existen principios básicos en el tratamiento que brindan ayuda a este tipo de padecimientos, como la temperatura corporal del caballo, que oscila entre los 38 y 40 grados, que aporta a los temas de familiaridad y a la relajación del paciente.
Los impulsos rítmicos, que van de 90 a 110 por minuto, es otro de los beneficios, pues con ello, los terapeutas canalizan la energía de los niños y jóvenes.
El profesor reconoció el apoyo del Municipio a través de la Dirección de Desarrollo Humano, quienes junto a las autoridades universitarias han sido fundamentales para la operación del Centro.
Octavio López tiene 4 años llevando a terapia a su hijo Sergio Eduardo, de 20 años de edad, quien padece autismo y otros padecimientos derivados de la rubeola congénita.
“La equinoterapia ha sido fundamental en su desarrollo; antes le daban depresiones, amanecía llorando y lo mismo le sucedía durante el día, lo empezamos a llevar por cuestiones emocionales y por la postura de su cuerpo y ahora se nota el cambio positivamente”.
Actualmente se acabaron los lapsos de depresión y la postura ha mejorado bastante, además de que los caballos y los terapeutas le han dado mayor seguridad.