Un ciudadano australiano descubrió algo inesperado en la piscina de su jardín. Un ejemplar de serpiente pitón. En situaciones normales, semejante visión hubiera resultado aterradora. Pero, en esta ocasión, despertó la compasión del hombre.
¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que el animal se encontraba en un estado de salud lamentable, casi agonizando. Y la causa era que tenía centenares de garrapatas parasitando su cuerpo.
El animal fue llevado a un hospital veterinario, donde los médicos le extirparon nada menos que 511 de estos parásitos. Según los especialistas, de no haberlo hecho, el animal habría muerto al poco tiempo. De hecho, las garrapatas le habían extraído tanta sangre, que la serpiente presentaba un gravísimo cuadro de anemia.