Política

Trabajemos en políticas para el desarrollo de la niñez

He propuesto reforzar el marco legal para garantizar el derecho a una vivienda digna y decorosa, tendiente a garantizar el correcto desarrollo de la niñez, un tema crucial de bienestar físico y emocional, y de acceso a otros derechos, como la educación, la salud y la protección.

Al asegurar que todos los niños tengan acceso a una vivienda adecuada, estamos sentando las bases para un futuro más equitativo y sostenible, donde cada niño tenga la oportunidad de crecer en un entorno seguro y saludable.

Se ha subrayado la responsabilidad de los padres y del Estado de asegurar que los niños tengan acceso a una vivienda adecuada.

Entendiendo que la vivienda digna es aquella que proporciona un entorno adecuado para vivir, incluyendo elementos básicos como la seguridad, la salubridad, la estabilidad estructural, el acceso a servicios básicos (agua potable, saneamiento, electricidad) y espacios suficientes para todos los miembros de la familia.

La vivienda decorosa, por su parte, implica que el hogar debe ser respetuoso y digno, libre de condiciones que puedan humillar o deshumanizar a sus ocupantes.

Para niñas, niños y adolescentes, una vivienda digna y decorosa es un lugar donde pueden crecer, desarrollarse y sentirse seguros.

Pese a ello, muchos niños y adolescentes en todo el mundo enfrentan graves dificultades para acceder a una vivienda digna y decorosa; viven en hacinamiento, falta de acceso a agua potable y saneamiento, inseguridad estructural de las viviendas y exposición a riesgos ambientales.

El impacto de vivir en condiciones inadecuadas es profundo y multifacético. En primer lugar, la salud física de los niños se ve gravemente afectada. La falta de saneamiento y agua potable puede llevar a enfermedades infecciosas, mientras que las viviendas inestables pueden ser peligrosas durante desastres naturales como terremotos o inundaciones. Además, las condiciones de hacinamiento y falta de privacidad pueden tener efectos negativos en la salud mental y el bienestar emocional de los niños.

La falta de un espacio seguro y estable puede generar estrés, ansiedad y problemas de comportamiento, afectando su capacidad para concentrarse y aprender en la escuela.

La participación de la comunidad y de los propios niños y adolescentes también es esencial en el diseño e implementación de políticas de vivienda. Es importante escuchar y considerar las experiencias y necesidades de los niños y sus familias para desarrollar soluciones que realmente respondan a sus realidades. La inclusión de las voces de los menores en los procesos de toma de decisiones no solo asegura que las políticas sean más efectivas, sino que también empodera a los niños como agentes de cambio en sus propias vidas y comunidades.

La rendición de cuentas y la supervisión son componentes clave para garantizar que los derechos de los niños a una vivienda digna y decorosa sean respetados.

Los gobiernos y las instituciones deben ser transparentes en sus acciones y responsables ante la ciudadanía por sus políticas y programas. La creación de mecanismos de monitoreo y evaluación, así como la implementación de sistemas de quejas y reparación, son esenciales para identificar y corregir fallas en la provisión de vivienda adecuada.

Finalizo al reiterar que, garantizar el derecho a una vivienda digna y decorosa para niñas, niños y adolescentes es fundamental para su desarrollo integral y bienestar.

A pesar de los desafíos significativos, la implementación de políticas integrales, la colaboración entre sectores, la participación comunitaria y la rendición de cuentas pueden hacer una diferencia real en la vida de millones de menores.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *