El valor de ser un verdadero hombre en tiempos de decadencia

El Joven Observador

El Dr. Frank Crane describió con precisión lo que significa ser un verdadero hombre. No es simplemente nacer varón ni cumplir con una etiqueta social, sino encarnar la responsabilidad, la disciplina y la integridad. Ser hombre es hacer, no justificar por qué no se hizo. Es levantarse tras la caída, no escudarse en excusas. Es comprender que la vida no se nos da hecha, sino que se nos da la oportunidad de construir algo grande. Es, en esencia, la virtud de actuar con honor, de afrontar la adversidad con dignidad y de asumir las consecuencias de los propios actos.

Ante lo valioso del escrito, nos permitiremos reproducirlo íntegramente:

“Ser hombre no es nada más ser varón, simplemente individuo del sexo masculino. Ser hombre es hacer las cosas, no buscar razones para demostrar que no se pueden hacer. Ser hombre es levantarse cada vez que se cae o fracasa, en vez de explicar por qué se fracasó. Ser hombre es ser digno, consciente de sus actos y responsable. Ser hombre es trazarse un plan y seguirlo, pese a todas las circunstancias exteriores. Ser hombre es levantar los ojos de la tierra, elevar el espíritu, soñar con algo grande. Ser hombre es ser creador de algo: un hogar, un negocio, un sistema de vida. Ser hombre es entender el trabajo no como necesidad, sino como un privilegio. Ser hombre es tener vergüenza de burlarse de una mujer, abusar del débil, mentir al ingenuo. Ser hombre es saber decir: ‘me equivoqué’ y proponerse no repetir la misma equivocación. hecho, sino que es la oportunidad para hacer algo bien hecho. Hombres de esta talla y de esta alcurnia los necesita el mundo.”

Pero hoy, ¿dónde están esos hombres? Porque si hay algo que este país ha perdido, es precisamente el carácter y la dignidad de sus líderes. La política mexicana se ha convertido en una cueva de oportunistas que esquivan la responsabilidad y transforman la impunidad en su bandera. El caso del aún diputado Cuauhtémoc Blanco es el retrato fiel de esta crisis moral. Con la protección del fuero y el respaldo de un partido que prometió renovación, pero ha normalizado el cinismo, Blanco es el reflejo de una clase política que no construye, no asume y no lidera. México no necesita más figuras que se amen en el poder para evitar la justicia, sino hombres de verdad, aquellos que, como bien dijo Crane, sean dignos, responsables y conscientes de que la vida es una oportunidad para hacer algo bien hecho.