La Fiscalía General de la República, investiga la misteriosa desaparición de 132 mil 500 pastillas de un medicamento controlado que al combinarlo con opioides, sirve para fabricar la llamada “droga de la felicidad”, que está causando estragos como el fentanilo entre los consumidores de Estados Unidos.
Según reveló el medio Latinus, existe una carpeta de investigación abierta desde 2024 contra un laboratorio de Guadalajara, por no haber reportado el destino de dos mil 650 frascos de 50 pastillas cada uno del producto denominado carisoprodol, un relajante muscular que funciona bloqueando las sensaciones de dolor entre los nervios y el cerebro, pero cuya venta debe ser estrictamente regulada.
En el centro de la indagatoria, figura Productos Farmacéuticos Collins, cuya presidenta ejecutiva y directora general es María Teresa Tirado Díaz, un laboratorio que ya ha sido sujeto en años anteriores a investigaciones por parte de las autoridades de México y de Estados Unidos por tráfico de metanfetaminas y lavado de dinero.
El carisoprodol, es un medicamento controlado que fue prohibido desde hace diez años en Europa y apenas en febrero pasado, Canadá anunció que emprendería acciones severas para regularlo junto con otros precursores químicos empleados para elaborar el fentanilo.
Los efectos por si solos de este producto, además de aliviar los dolores, generan una sensación de bienestar y de indiferencia hacia los problemas de la vida cotidiana.
pues que el laboratorio que perfeccionó la fórmula en 1959 en Estados Unidos, decidió bautizarlo comercialmente con el nombre de Soma, el legendario producto narrado en la novela de Aldous Huxley, “Un Mundo Feliz”, donde las personas consumían esa droga para evadirse de la realidad y no había cabida para la infelicidad.
Sin embargo, en la oleada de nuevas drogas de diseño, el carisoprodol se ha convertido en la base para que al mezclarlo con otros opioides y sustancias, se obtenga la llamada “droga de la felicidad”, que potencia la sensación de bienestar, relación e indiferencia al mundo, pero que genera una rápida adicción y cuyas sobredosis ya han causado muertes en Estados Unidos.
Aunque este medicamento es considerado por la Organización Mundial de la Salud como nocivo y recomienda una revisión a fondo, en la Unión Americana se vende libremente como Soma y en México es elaborado por Laboratorios Collins de Guadalajara con el nombre comercial de Somacid.
Es por ello que la Fiscalía General de la República encendió las señales de alerta cuando se “perdieron” 132 mil 500 pastillas de un producto que es la base para elaborar la “droga de la felicidad”.