Autor: Doany Domínguez Ortiz
No es necesario que te abusen de pequeña, ser de clase baja, tener hambre, ser violentada o abandonada por tus padres… nada de eso define a las personas.
“Margot” nos revela en esta entrevista que este mundo irreal, es uno cualquiera en el que se puede caer en uno u otro momento, desde “el deber ser” de una “niña bien”, pero con “acuerdos” mal planteados, realizados con la firma de un papel (finalmente un contrato de matrimonio), o frente a un juramento en un altar, al final se trata de la suma facilidad con la cual se desmorona una vida, finalmente una familia toda, por la falta de acuerdos, límites y principalmente comunicación, concluyendo en tragedias en todos los órdenes.
En algo que vemos todos los días en las relaciones más sanas, acabando en historias como ésta.
Nos sorprendemos de todo lo que esas jóvenes personas han atravesado para asesinar a otras personas, pero las más sencillas decisiones humanas, las que nos pierden… y también son esas mismas las que nos rescatan, aunque jamás se tire de un gatillo o se empuñe una navaja, al final el arma mortal somos nosotras mismas.
Lugares remotos, donde no entra ni el Estado, ni autoridad alguna del orden que sea… donde sólo estamos nosotras.
Donde no se necesitan violaciones, homicidios ni siquiera odio, para perderse en la enfermedad del tipo que sea.
En este momento, Margot atraviesa tratamientos para cáncer en diversas zonas de su cuerpo en condiciones de quimioterapias y radiaciones propios de sus padecimientos, de lo cual la entrevistada decidió no hablar.
Entrevista completa aquí: