Con el calor sofocante de Ciudad Universitaria a 19 grados muy diferentes a los de la frontera y con un minuto de aplausos en honor a Pelé, Óscar Macías Romero hacía sonar su ocarina y ponía la pelota en juego.
Era apenas un minuto de partido y Alfredo Talavera ya le había metido las manos a una descompuesta volea de Nico Freire. Del otro lado de la cancha seguía el “round de estudio” mientras Ricardo Galindo le dejaba marcados los tachones a Maxi Olivera a la altura de la espinilla.
El Toro Fernández le puso el primer riflazo a Sebastián Sosa que no supo de nervio alguno y ahuecó el pecho al minuto nueve para quedarse con la de gajos. De ahí en más no pasaba nada, todo era muy lento, denso y con espacios reducidos como casa de INFONAVIT.
Corría el primer cuarto de hora en el cronómetro y Bravos encontraba la forma en el juego de posesión llegando por las bandas, no obstante, no había fondo por que de esas incorporaciones no salía ni un solo centro. Por su parte, los capitalinos apostaban al contragolpe pero sin retención de pelota.
Llegábamos al 20 y Bravos parecía haberse tragado a todo un equipo de handball. Le daban la vuelta al último tercio: toque, tras toque, tras toque, pero sin incursionar en el área. Los de Rafa Puente por otro lado, no encontraban la número cinco y se empezaban a desesperar con el “canchismo” de los verdirrojos.
Juan Ignacio Dineno comenzaba a voltear la balanza y a meter la pelota en campo Bravo a tres de la media hora. Fue el argentino el que le metió el pie a un carambola dentro del área chica y de no haber sido por Jesús Dueñas, Pumas hubiera quebrado el empate.
Para infortunio de los universitarios, Bravos tuvo espacio de sobra para que Dueñas le tendiera el balón al Fernández por la banda izquierda quien de la puso por el piso con rumbo al corazón del área para Alan Medina, que no desaprovechó y la mando a guardar de primera intención. El flamante refuerzo de los tres palos poco pudo hacer y solo posó para la foto.
A diez del medio tiempo el sector medio de Edgar Alaffita y Ulises Rivas no encontraba por donde, era mucho verde defendiendo y el marcador en contra no hacía ningún favor.
Tuvo una la escuadra del actor con un balazo del Toto Salvio, para desconsuelo del respetable, el mismo salió a un costado de la base del poste. Talavera no tuvo prisa en despejar frente a sus excompañeros a minutos de que expiraran los primeros 45.
A cinco del final, las viejas costumbres y las tradiciones traicionaban a los fronterizos. Era una simple rabieta del Toro la que le ganó una amarilla. El uruguayo no hizo mutis y 30 segundos después y un cote de manga más tarde la amarilla se multiplicó volviéndose roja. Lo que bien se aprende no se olvida.
El hombre menos se hizo notar en el descuento. Bravos dejaban boquetes por la banda de la derecha y terminó por regalarle una chilena a Del Prete que para fortuna de loa juarenses, se encontró con los guantes del arquero tapatío,
Felinos y Caballos se fueron a las regaderas con el marcador 0-1 y con unos Pumas que ya eran más en la cacha.