¡Existen límites Señor Presidente!, ¡hasta para usted!
El abuso de poder que ahora usted exhibe y que utiliza para exponer a un periodista no solamente es una cortina de humo para desviar la atención de los asuntos que realmente interesan a los mexicanos, es sin duda, una abierta violación a las leyes y a la privacidad de los datos de un ciudadano.
Pero además del mal uso que hace de los datos a disposición del gobierno, los altera, los saca de proporción solamente para denostar y desprestigiar a un ciudadano.
La comparación que hace del salario que usted devenga y los ingresos que asegura corresponden al trabajo del periodista Carlos Loret de Mola, además de mostrar su talante autoritario, es una manifestación de la bajeza con la cual se conduce para tratar de demostrar que detrás de trabajos periodísticos donde se muestra la corrupción, el boato y la ostentación que hace su familia de una riqueza que no se sabe cómo se obtuvo, existe un interés mezquino para desprestigiar a su gobierno.
Con este gesto autoritario, no solamente rebasó los límites de sus facultades legales, también demuestra que en su afán por desviar la atención, es capaz de recurrir a cualquier artilugio para distraer la atención pública.
Mientras que su gobierno se caracteriza por la opacidad y un intento permanente por ocultar información que los mexicanos deben conocer, no tiene empacho en utilizar los datos privados a su disposición para exhibir ingresos de un periodista. Pero además su información carece de veracidad, no es precisa y esa alteración la descontextualiza.
No es un delito que un ciudadano obtenga recursos de manera lícita, así sean cifras millonarias –si ese fuera el caso–, si usted conoce esa información es precisamente porque ese ciudadano paga impuestos y presenta las declaraciones correspondientes lo cual permite a su gobierno tener recursos para, usted sí, utilizarlos discrecionalmente y reservándose el derecho de informarnos a nosotros los mexicanos.
Hace apenas unas semanas, usted Señor Presidente declaró ser respetuoso de la libertad de expresión, su expresión surgió derivada de la violencia que quitó la vida a varios periodistas mexicanos. Sus amenazas contra periodistas, expresadas en la conferencia matutina de Hermosillo, este 11 de febrero, no solamente van en sentido contrario a lo que dijo hace unas semanas, también son nocivas para una democracia que espera trasparencia de su gobierno y respeto a las leyes de su Presidente.
Si el Periodismo crítico le molesta, ¡tolérelo!
Si la vida de ostentación y lujo de su familia le causa oprobio que se conozca, ¡corríjalos!
Si su gobierno verdaderamente respeta la libertad de expresión ¡demuéstrelo!
Pero no se escude en información falsa, en diatribas o insultos a los periodistas que cumplen la función de exponer al público lo que usted quiere ocultar.
Hay problemas más graves en los cuales su gobierno debe ocuparse, que en andar exhibiendo los ingresos de un periodista; mejor investigue la corrupción al interior de su propio gabinete; aplique correctivos a sus hijos para que se conduzcan con la austeridad que a usted tanto le gusta presumir.
Asuma la responsabilidad que le corresponde, aclare al pueblo de México el origen de las fortunas de la cual gozan y disponen a sus anchas los miembros de su familia, hágalo por congruencia y honestidad, pero también por respeto a los mexicanos.
Señor presidente, Andrés Manuel López Obrador, los periodistas de México no solamente nos sentimos agraviados por su actitud, también reclamamos apertura, tolerancia, disposición y respuestas.
El trabajo periodístico no se pone a disposición de la aprobación del Presidente, es el pueblo de México quien la valida, la asimila y saca sus propias conclusiones, es frente a ese pueblo ante quien usted debe responder.
Hágalo con altura de miras, con la verdad incuestionable, desmienta lo que publicamos; pero no descalifique o fustigue, no sea usted el dictadorzuelo que utiliza la fuerza del estado como un disuasivo político en contra de los periodistas que usted se encargó de poner en la lista de sus opositores.
Le exigimos respeto a la privacidad de los datos.
Le exigimos apegarse a la legalidad
Nos oponemos no a su gobierno, sí a las formas autoritarias y de dictador que usted asume,
Nos oponemos a aceptar que en un mundo plural solamente “su verdad” debe imperar.
Su opinión siempre será importante, pero no es la única; su visión de gobierno debe contrastarse y sus resultados deben compararse, es lo mínimo que distingue a una democracia.
Lo que usted le pide al pueblo de México: sacrificio personal, austeridad de vida, conformismo material y menos ostentación, debe ser lo mismo que pida a su familia y los haga cumplir con una severa rigidez.
No pida lo que no da y no abuse de un poder temporal que es limitado por la ley.
Si quiere respeto, ¡respete, a los ciudadanos y a la ley!
Hoy sus palabras fueron para agraviar a uno, pero nos agravió a muchos. Su difamación insulta a un gremio que ya de por sí está viviendo momentos aciagos, dolorosos, por la violencia y los crímenes contra nuestros colegas.
Todo tiene límites Señor Presidente, hasta su gobierno es temporal, recuérdelo siempre.