Los 24 comités estatales que conformamos el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C, condenamos el artero asesinato de la periodista Lourdes Maldonado López y exigimos a los gobiernos: federales, al estatal de Baja California y al municipio de Tijuana, una investigación ágil y coordinada para encontrar a los responsables.
Se trata del crimen 54 en contra de un periodista en lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, y es el tercero en lo que va durante enero del 2022, lo cual deja un negro antecedente en lo que a respetar la Libertad de Expresión se refiere.
Una vez más, los periodistas exigimos que no sea la impunidad lo que prive en este caso, como sucedió con el 99 por ciento de los casos anteriores.
La indignación del gremio periodístico nacional es compartida por los gobiernos de otras naciones, pero a nuestras autoridades eso parece no importarles y antes de poner a disposición del caso todas las herramientas policiacas, legales y forenses para resolver este, y los otros crímenes que se han presentado en este inicio del 2022, lo que hacen es escudarse en ese lugar común e imaginario que es culpar al pasado y a un neoliberalismo que no tiene rostro ni personalidad.
Culpar desde la tribuna presidencial es fácil, pero lo que pedimos es que esas acusaciones se complementen con la detención de los criminales que perpetran estos crímenes.
¡Ya basta de impunidad!
En México, ser periodista es una profesión de alto riesgo; en ningún país del mundo se contabilizan tantos asesinatos de informadores, ni siquiera en aquellos donde existe una guerra civil o un conflicto bélico.
La indignación se agrava desde el momento que la propia Lourdes Maldonado expuso públicamente que temía perder la vida y, de nueva cuenta, el mecanismo protector demostró que no sirve, esa falla catastrófica no es nueva y por desgracia estamos convencidos no será la última.
Nos sumamos a tantos compañeros que bajo la consigna de que “NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS”, salen a las calles a manifestar su indignación y a exigir a grito abierto justicia para los periodistas asesinados, pero
también para que las autoridades finalmente se dignen a ofrecer garantías de seguridad en el ejercicio de informar y se respete la libertad de expresión.
Exigimos que el discurso de odio que se alienta y alimenta desde las tribunas del gobierno, cese de inmediato; que se respete a los periodistas y que finalmente la impunidad sea desterrada. No pedimos más, pero no aceptamos menos.
