Columnas

El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco

 

El paraíso socialista de Cuba, es un infierno

De manera sorpresiva miles de cubanos salieron el domingo a protestar a las calles de las ciudades de Cuba: para los amantes del socialismo eso fue una herejía, para los detractores de la dictadura comunista aquello no es más que el deseo inherente en la persona de tener libertades y poder aspirar a tener lo que su esfuerzo personal les pueda granjear.

Los cubanos protestaron por varias cosas: la falta de alimentos, lo caro de las medicinas, los constantes “apagones” de energía eléctrica, las restricciones por la pandemia y exigiendo vacunas para paliar los efectos del Covid-19 en la isla.

Ante las manifestaciones, la reacción del presidente Miguel Díaz Canel fue hacer un llamado a los comunistas cubanos para que salieran a las calles y que defendieran al régimen de la desestabilización que promovía el gobierno yanqui.

No hay noticias de que esos comunistas salieran a enfrentarse a sus compatriotas; lo que sí resultó evidente fue como policía y ejército, a la par, reprimieron la manifestación y se ensañaron con los protestantes, la mayoría jóvenes que aspiran a una vida diferente de la que han tenido.

En México, la visión que se tiene de Cuba está polarizada: los seguidores del comunismo ven en Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara dos figuras emblemáticas, románticas, que se enfrentaron al imperialismo yanqui y trasformaron Cuba en un paraíso socialista.

Para los defensores de la libertad, el régimen castrista-comunista no es otra cosa que una dictadura anquilosada, que privó a los cubanos de libertades, que los llevó a la miseria y los convirtió en una nación donde abunda el discurso pero falta todo lo demás.

En su conferencia “mañanera” el presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó la versión de su homólogo cubano y señaló que detrás de las protestas estaba el gobierno de Estados Unidos.

No hay absolutamente ningún indicio de que eso sea verdad, pero al final de cuentas se trataba de echarle la mano al amigo Díaz Canel en desgracia.

En México, los seguidores del castrismo-comunismo no alcanzan a entender como un pueblo que “tantos beneficios” recibe de su gobierno se revelen contra éste. La única explicación para comprender la rebelión es que la promueven extranjeros. No alcanzan a ver que el hartazgo llegó al límite y que las restricciones a la libertad tienen un costo que generalmente se paga con un estallido social.

Desde la perspectiva de muchos mexicanos de izquierda, quienes en base a la protesta se hicieron escuchar,  las manifestaciones en contra del gobierno Cubano, no tienen esencia social, por ello no alcanzan –o convenientemente no quieren– visualizar que detrás de ellas lo que realmente las mueve es ese deseo aspiracional de las personas por mejorar sus condiciones de vida, de que sea su esfuerzo y no un régimen de gobierno quien defina lo que poseen, que es lo que van a comer y cuando lo harán, son los jóvenes cubanos los que están hartos de ser pobres por decreto.

Una rebelión de los cubanos, o al menos de sus jóvenes, se convierte en un desmentido para aquellos que propalan la versión de que ahí hay libertad, que hay desarrollo y que el comunismo es un régimen donde se garantiza que todos vivan en las mismas condiciones.

Lo que ahora vemos es precisamente lo contrario, un grito de rebelión al estar limitadas sus aspiraciones, al estar condenados a vivir en el estancamiento social, sin movilidad, a menos que deban dejar su país para poder mejorar económicamente.

También vimos como un gobierno que se dice democrático, recurrió a la estrategia “derechista” de reprimir la manifestación, utilizar toda la fuerza del estado para someter a los manifestantes, fuimos testigos de que la violencia es el recurso para mantenerse en el poder.

El gobierno de Miguel Díaz Canel seguirá culpando al “Imperialismo yanqui” de ser el promotor y con ese argumento como pretexto volverá a echarle el ejército al pueblo; va a reprimir la protesta y encerrará a Cuba para que el mundo no vea el castigo ejemplar que aplica a quienes identifica como los líderes de la revuelta.

Seguramente en México, los comunistas van a aplaudir tamaña contrariedad y defenderán la dictadura; porque si no lo hacen entonces cómo podrán justificar su ideología, como explicaran ese romanticismo con el cual contemplan a la dictadura y se regodean de los grandes logros alcanzados por el régimen comunista.

Pero a pesar de eso el grito de ¡Libertad para Cuba! resonó en el mundo.

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