La Oficina de Representación Chihuahua del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través de la Jefatura de Prestaciones Médicas, informa a la población sobre las razones, daños y consecuencias que puede traer el padecer onicofagia.
Se trata del hábito que tienen muchas personas de comerse las uñas, generalmente de los dedos de las manos. Es un trastorno emocional y conductual que de no atenderse con especialistas, puede llegar hasta dejar la piel al descubierto y causar un deterioro estructural permanente.
La onicofagia se puede manifestar a partir de niños y niñas de siete a 10 años de edad, así como en adolescentes, y que conforme se vuelven adultos la prevalencia de este hábito disminuye.
Otro problema es que el comerse las uñas facilita el transporte de los gérmenes de las manos a la boca y viceversa, lo cual puede ocasionar infecciones, principalmente en los dedos al formar “panadizos”, que es la inflamación aguda y flemonosa de las partes blandas.
Cuando el “mordedor de uñas” es compulsivo, está tentando a comer también la cutícula y la piel de alrededor del dedo. Luego de años de tener este hábito se puede llegar a un punto donde no crece más la uña y se ensancha el dedo, lo que conlleva a deformaciones.
A largo plazo, es perjudicial para el esmalte frontal y la punta de los dientes; las probabilidades de que las piezas dentales se infecten por las bacterias de las uñas se incrementa, por lo tanto, la caries puede agravarse.
Se recomienda a las personas que tienen este padecimiento que acudan a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) de adscripción, para que el médico valore su estado de salud y, de ser necesario, las canalice con un especialista.