En un estudio realizado en Suizhou, China, entre los pacientes de COVID-19 se ha observado que las personas que llevan gafas presentan una menor incidencia de la enfermedad
De entre todas las personas hospitalizadas con COVID-19 en Suizhou (China), se ha podido observar que quienes llevan gafas todo el día no solo se infectan en menor número, según un estudio que se ha publicado en JAMA Ophthalmology
¿Qué puede estar pasando? Las microgotas respiratorias son la principal fuente de transmisión del coronavirus SARS-CoV-2, pero los ojos también son una importante vía de infección, según corroboró un estudio del pasado abril.
En China, se estima que la prevalencia de la miopía en total es superior al 80%, lo que significa que el uso de gafas es común entre los chinos de todas las edades. «Sin embargo, desde el brote de COVID-19 en Wuhan en diciembre de 2019, observamos que pocos pacientes con gafas han sido admitidos en el hospital», afirman los autores.
Para intentar comprender la relación los investigadores analizaron los datos de todos los pacientes ingresados en el Hospital Suizhou Zengdu entre el 27 de enero y el 13 de marzo de 2020. Se preguntó a los participantes sobre la razón por la que usaban gafas, cuánto tiempo las usaban cada día y si usaban lentillas o se habían sometido a una operación de cirugía refractiva para corregir su visión.
La hipótesis de los investigadores chinos es que las gafas podrían evitar que estas personas se tocaran los ojos, evitando así la transferencia del virus de las manos a los ojos. En total se estudiaron a 276 pacientes con COVID-19, de los cuales 14 se clasificaron como graves. De entre ellos, solo 30 pacientes usaban gafas, aproximadamente el 11%. Sin embargo, la proporción de personas con miopía en la región es del 31,5%, lo que indica que estas personas podrían estar protegidas.
Este estudio indica la importancia de evitar tocarse los ojos con las manos y de lavarse las manos con frecuencia. Los propios autores indican que no hay que extraer la conclusión de que las gafas ofrecen protección contra la COVID-19, ni recomiendan su uso a personas que no las necesiten.