El gobernador Javier Corral y los miembros de su gabinete que lo acompañaron a Tamaulipas, fueron sometidos ayer a las pruebas PCR para confirmar o descartas que hayan sido contagiados por COVID-19.
De los acompañantes, el que ya confirmó positivo fue el secretario de Salud, Jesús Enrique Grajeda. Todo su equipo cercano de colaboradores han sido puestos en cuarentena.
Todo ello porque a cinco días de que estuvieron en Tampico, Tamaulipas, el gobernador de aquella entidad, Francisco Cabeza de Vaca, confirmó que fue contagiado.
De hecho, todos los equipos y los gobernadores que viajaron a esa ciudad para participar en la Alianza Federalista del Noroeste.
La primera prueba que se realizó el gobernador Corral, fue cuando el alcalde de Juárez, Armando Cabada, confirmó positivo a la enfermedad. El resultado negativo le permitió volver a despachar desde el gobierno en menos de una semana.
Sin embargo, hace ya 15 días que el jefe de la Guardia Nacional en Chihuahua, quien participa en el programa “Chihuahua Seguro” junto con el gobernador, el fiscal, el secretario de Seguridad y el delegado de la PGR, dio también positivo.
No se dijo si Corral se hizo o no otra prueba, pero tampoco se aisló como en este caso.
Las siguientes horas serán cruciales para saber si el gobernador fue contagiado y si otros de sus colaboradores también.
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La Secretaría de Economía del Gobierno Federal se aventó una caravana con sombrero ajeno al anunciar, sin tomar en cuenta al Gobierno del Estado, la inversión de la empresa BRP para construir una nueva planta en Juárez.
El asunto es que la gestión de la inversión fue realizada y perseguida durante más de un año por la secretaria de Innovación y Desarrollo Económico, Alejandra de la Vega, quien se ha distinguido por atraer bastantes inversiones importantes para el estado.
La empresa BRP se dedica a la fabricación de vehículos todo terreno para la práctica de deporte extremo y según reporta, es de las pocas industrias que no ha tenido pérdida, al contrario, sus ventas van hacia arriba y eso les animó a realizar la inversión en tiempos de COVID.
El tuit de la Secretaría de Economía, en el que dice: “Hoy, la Empresa BRP hizo el primer anuncio de inversión en México en la era del T-MEC. Construirá en Cd. Juárez una plata para producción de vehículos de 4 ruedas, que se prevé, generará al menos mil puestos de trabajo permanente”.
La noticia caló hondo en Palacio de Gobierno, donde se presumía una buena relación con esa Secretaría, de las pocas buenas en el gobierno de la Cuarta Transformación.
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Una ecuánime y valiente alcaldesa María Eugenia Campos Galván, aguantó estoica los embates públicos lanzados por el gobernador Javier Corral, quien prácticamente la culpó de haber sido la instigadora principal para tumbarle la iniciativa de reforma electoral o por lo menos de no haberla apoyado.
En una entrevista televisada, el gobernador reconoció públicamente las diferencias que tiene con “el grupo” de la alcaldesa y acusó: “dijeron cosas inexactas, indebidas, incluso trataron de engañar a la militancia del partido, diciendo que yo les quería quitar el derecho de elegir a sus militantes”.
Por la mañana, la alcaldesa en un comunicado reiteró su respeto y cariño al gobernador Javier Corral.
La afirmación se realizó tras las declaraciones emitidas por Javier Corral Jurado, en las que señala diferencias con el grupo de la alcaldesa María Eugenia Campos.
“El Gobierno del Estado cuenta con el apoyo del Ayuntamiento en todo lo que se refiere a labores de gobierno, y así ha sido desde 2016”.
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Observado, criticado, vilipendiado, odiado y ahora apenas aplaudido por unos cuantos miembros de su Gabinete, Andrés Manuel López Obrador ofreció un somero discurso desde el Palacio de Gobierno, solo.
A su lado fue colocada una silla vacía que hacía ver aún más inmensa la soledad que le rodea.
Paradójicamente, hace dos años fue electo en una elección con la mayor participación en la historia. Hoy, pocos le aplauden.
