La alcaldesa Maru Campos regresó a despachar desde la Presidencia Municipal, pero eligió una agenda 100% grilla.
Primero recibió, de codo, al exalcalde Juan Blanco, con quien aseguró que dialogó únicamente temas relativos al regreso de actividades en el marco de la nueva normalidad.
Lo que no se supo, es si Juan acudió en su calidad de comerciante o de aun integrante del PAN.
La alcaldesa también recibió al diputado Misael Máynez que aunque ya no tiene partido sigue presentándose incluso como coordinador de la fracción política del Partido Encuentro Social.
Aparentemente también trataron temas relacionados con la actividad del municipio e incluso Maynez afirmó que no trataron el asunto de la reforma electoral.
Por cierto, según el diputado pesista, la iniciativa de reforma electoral corralista ya está definida con una mayoría aplastante en contra.
Claro que si habrá reforma, aunque la que están impulsando las diversas fracciones al interior del Congreso, porque el PRI presentó una, el PAN otra y Morena otra.
De ahí saldrá un nuevo ‘frankestein’ como siempre antes de cada elección, sin llegar a algo integral y revolucionario.
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La periodista y diseñadora Susana Rodríguez Cervantes regresó a Chihuahua y lo hizo para ocupar la coordinación de Comunicación Social de la UACH.
Aunque dicen que ya se sabía, públicamente hubo sorpresa en el medio periodístico, ya que los antecedentes de Susana es que se desempeñó en administraciones priístas y en el caso del rector Luis Fierro, en la actualidad es panista (recordemos que Fierro fue priísta durante toda la campaña impulsando a Enrique Serrano contra Javier Corral, pero cuando ganó este último, se convirtió en un tris tras).
Fierro Ramírez le tomó protesta a Susana Rodríguez en sustitución de Luis Fierro Méndez, El Opaco, a quien mandó al Comité de Salud de la UACH.
Susana Rodríguez es chihuahuense, egresada de la Licenciatura de Periodismo de la UACH y especialista en producción audiovisual; fue directora de comunicación en el Municipio de Delicias, de La Lotería Nacional, del Fovissste y del Issste en la administración de José Reyes Baeza, entre otros muchos cargos.
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Los ‘guardianes’ del INE le dijeron al presidente Andrés Manuel López Obrador que son ellos los que cuidan las elecciones.
AMLO insiste que es el organismo electoral más caro del mundo mundial, que arman todo un gran aparato costosísimo y no garantizan la imparcialidad ni la limpieza de las elecciones.
Claro, a menos que el que se elige fuera él.
Pero el tiro está cantado y es muy poco probable que el actual INE llegue a organizar las elecciones del 2021, incluso podría ser que ni siquiera las de este año, ya que hay en Coahuila y en Hidalgo y que ya fueron aplazadas por el coronavirus para agosto.
Por lo pronto, el INE ya consiguió que los senadores del PAN le dieran su respaldo, ya que habían estado remando solos contra la corriente.
Pero el enfrentamiento del presidente con el PAN nacional lo trasladó al INE al declarar que vigilará a los gobernadores estatales y quien cometa delitos electorales durante las próximas elecciones irá directo a la cárcel sin derecho a fianza.
Es decir, AMLO se entrometió con las atribuciones del INE y para pronto, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, le contestó que es el Consejo General el ‘guardián electoral’.
Según AMLO, el INE es uno de esos organismos que no han hecho nada, que fueron creados para simular y se hiciera la vista gorda y afirmó que en 2018 él triunfó porque fue una ola que hizo imposible hacerles fraude.
Hay que recordar que en estados socialistas, el órgano organizador de elecciones es un consejo o junta local electoral que es dirigida por el propio Gobierno que se convierte en juez y parte. Para allá va la intención.
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Pero mientras el presidente abre frentes por todos lados, contra panistas, contra el INE, contra empresarios, contra periodistas, el PRI se alzó e hizo un llamado a la unidad.
Desde el Comité Ejecutivo Nacional, el dirigente Alejandro Moreno, acompañado de 9 de los 12 gobernadores tricolores del país, hizo un llamado a dejar de lado la división y a fomentar la unidad nacional.
Con esta postura, el PRI está pintando su raya del PAN y de cualquier otra alianza prematura que se está formando.
Alejandro Moreno dice que México requiere urgentemente acciones serias para rescatar la economía, la salud y seguridad de los mexicanos, por lo que es necesario sumar esfuerzos para salir adelante.
Algunos interpretaron este llamado como la respuesta al compromiso que dicen que hizo Alito con “ya sabes quién” para llegar a la dirigencia nacional, en una elección que fracturó al partido.
Lo interesante es que rodearon al dirigente los gobernadores José Ignacio Peralta Sánchez, de Colima; Omar Fayad Meneses, de Hidalgo; Alfredo del Mazo Maza, del Estado de México; Miguel Ángel Riquelme Solís, de Coahuila; Alejandro Murat Hinojosa, de Oaxaca; Marco Antonio Mena Rodríguez, de Tlaxcala; Quirino Ordaz Coppel, de Sinaloa; Juan Manuel Carreras López, de San Luis Potosí, y Alejandro Tello Cristerna, de Zacatecas.
Todos ellos emanados del viejo PRI.
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De acuerdo a los más recientes resultados de medición publicados por Consulta Mitofsky, la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al 46.1%, el nivel más bajo desde que asumió el poder.
La medición se realiza a través del ejercicio estadístico diario denominado “AMLO Tracking Poll”, sobre la aprobación o desaprobación de la gestión de AMLO.
Los datos publicados este lunes 22, revelan que la imagen del tabasqueño va en picada desde el incidente conocido como “El Culiacanazo”, cuando ordenó soltar al hijo de El Chapo Guzmán, detenido en un operativo en Culiacán, Sinaloa.
La debacle del presidente se ha acentuado por la desaprobación de la población al manejo que ha hecho de la pandemia del COVID-19.
Como lo ha informado este Fisgón, AMLO inició su mandato con un 80 por ciento de aprobación social, pero ya para septiembre del 2019 registraba un 63.2%, una caída de casi 17%.
Al mes siguiente (octubre), la caída en popularidad llegó al 62.8% y a noviembre bajó a 58.6 por ciento, esto inmediatamente después del Culiacanazo.
Otro hecho que minó la aprobación de AMLO fue que olvidó la marcha la marcha conmemorativa al Día Mundial de la Mujer, el 8 de marzo y promocionó para ese día la rifa fantasma del avión presidencial.
En marzo el índice de aprobación ya era de un 50.4%; luego bajó a un 49.6% por parte de quienes coincidían con su política.
Con su errada política para contener la pandemia, la crisis económica y los más de 20 mil mexicanos muertos por el coronavirus, su aprobación descendió al 46.1% y sigue en caída libre.
