Hasta ahora nadie sabe qué motivó al consejero jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer, salvo acatar la orden, para buscar tumbar constitucionalmente los impuestos que se cobran en Chihuahua.
Literal: si no dan, que al menos no quiten, pero eso no parece importarle a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, quien le echó la caballada encima al estado por medio de la Consejería y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Así cómo hablar de federalismo, al contrario, es un franco atentado a la autonomía de los estados. Pero además, no existe una motivación surgida de una inconformidad de los ciudadanos de Chihuahua en contra de esos dos impuestos.
Desde que se tenga memoria, los chihuahuenses pagamos una cuota por el alumbrado público y un impuesto universitario para ayudar al sostenimiento de la UACH, que otrora fuera considerada una de las universidades públicas de mayor nivel en el país.
No hay registro de algún amparo contra esos impuestos, no hay demandas de chihuahuenses. Entonces, sí que está muy raro, diría el gobernador Javier Corral.
Además, el asunto obliga a que el gobernador asuma la defensa de los 67 ayuntamientos y del propio estado, ya que las controversias entabladas ante la Suprema Corte es en contra de los presupuestos.
Y, pues como que ya se están tardando, pues.
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Hablando de defensas pero en el terreno peligroso, ayer hubo tregua en los ataques contra policías, luego de que el domingo y lunes cundiera al pánico en Chihuahua y Juárez.
La alerta máxima se mantiene, no se debe bajar la guardia porque en cualquier momento, el crimen organizado muestra su poderío, de eso que no les quepa duda.
El asunto es que si bien es cierto que hay coordinación entre las corporaciones policiacas locales y federales, incluyendo al Ejército y la Guardia Nacional, no se ve una estrategia coordinada en los patrullajes y en la vigilancia diaria.
Es decir, están a la expectativa de que ocurra algo y reaccionar, cuando debería ser en contrario. Los narcotraficantes se vieron sorprendidos por las acciones en su contra y reaccionaron ante las bajas, pero luego se replegaron.
Es decir, no se trata de declaraciones y de voluntades para ver qué tan fuerte se habla, sino de acciones contundentes que minen la presencia del narco.
Pero, al menos ya saben que no pueden contar con El Peje, sino para que tire ‘abrazos, no balazos’.
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Aunque insisten en no llamarle recesión, sino ‘contracción’ económica, en estos momentos México necesita más de los 22 mil millones de pesos que supuestamente le inyectará la iniciativa privada a la obra pública.
Apenas hace unos días, el INEGI le llamó a las cosas por su nombre y señaló que la ‘contracción’ económica requería de acciones urgentes de acuerdo a los resultados de las mediciones.
Pero la presidencia de AMLO y la Secretaría de Hacienda insisten en que están tomando las medidas adecuadas, aunque solo avientan por delante la cifra de los 22 mil millones que ofreció la IP para hacer obra y crear empleos.
De hecho, otra vez el hombre más rico de México, Carlos Slim, volvió a hacer el llamado a los empresarios para que le inviertan, lo que quiere decir que los hombres de negocios en México no han respondido como se esperaba, y entonces se desdibuja el ánimo que quiere mostrar la Secretaría de Hacienda.
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María Eugenia Campos Galván, la alcaldesa capitalina viaja mañana a El Paso, ciudad a la que fue invitada a participar en la reunión binacional con ciudades hermanas de Estados Unidos.
La reunión fue convocada nada menos que por el Departamento de Estado de la Unión Americana.
Ahí estarán la secretaria de Gobierno de Texas, Ruth Hughs, alcaldes estadounidenses, el de El Paso, Dee Margo y de San Antonio, Ron Nirenberg.
