Un verdadero gancho al hígado propinó la titular del Instituto Chihuahuense de las Mujeres, Emma Granados, al gobernador Corral en el tema del asesinato de la activista de Juárez.
Otra vez, pero ahora en alianza con el Instituto Nacional de las Mujeres, la izquierdista feminista prácticamente se deslindó del Gobierno que le da de comer y se lanzó duro contra la Fiscalía General del Estado y demás dependencias encargadas de la atención a las mujeres en Chihuahua.
Poco faltó para que Emma Granados culpara al Gobierno de la muerte de Isabel Cabanillas ocurrida el pasado sábado pero exigió una investigación apegada a los protocolos internacionales, dando a entender que la Fiscalía no los ha usado en otras investigaciones relacionadas.
Junto con el Instituto Nacional de las Mujeres, Granados firmó un comunicado de circulación nacional.
Se le olvida a Emma Granados que ella también forma parte del Gobierno del Estado. El Ichmujeres que preside es una dependencia más de la administración estatal, la que le paga su salario y le financia todas sus actividades.
Se le olvida que ella es la que debe generar esas políticas públicas que exige a las otras dependencias, porque es ella la encargada de la defensa de las mujeres en Chihuahua, porque además tiene el presupuesto necesario para hacerlo, no solo para culpar a otros.
A ver si esta vez el gobernador Corral se la deja pasar, porque la exhibida que le está dando a nivel nacional, pareciera que viene de sus detractores de Morena, más que de una aliada a la que recogió de la administración de César Duarte y así le paga.
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El tema de la falta de medicamentos oncológicos en el Hospital Infantil de Especialidades de Juárez se convirtió en una disputa entre los gobiernos Estatal y Federal.
Mientras que los papás de los niños hospitalizados tuvieron que recurrir al amparo para obligar a que se brindara atención a sus hijos, las autoridades estatales y federales se abrogaron la solución.
Como antecedente, hay que aclarar que la falta de atención a los niños con cáncer, se derivó del cambio del Seguro Popular al Insabi, donde se les negó porque la nueva póliza no contempla esa clase de cobertura médica de tercer nivel, algo totalmente inverosímil.
Es además una evidente falla del sistema federal de salud que juega con la vida de los pequeños.
Después de días de incertidumbre para los padres de los niños, el Gobierno del Estado informó ayer que lograron comprar “por fuera” los medicamentos oncológicos que la Federación dejó de suministrar y de los cuales además tienen faltantes en almacenes.
La compra, dijo el Estado, se hizo a través del Ichisal y se comprometió a brindar a los niños hospitalizados la atención necesaria.
Por la tarde noche, el delegado de Programas Federales del Gobierno Federal, Juan Carlos Loera, como siempre reaccionando tarde, mandó otro comunicado en el que aseguraba que junto con el Gobierno del Estado habían acordado la atención médica.
Pero el problema no es el acuerdo, sino las nuevas reglas de operación del Insabi que sustituyó al Seguro Popular y mientras que el Gobierno Federal no aclare cómo hará para garantizar la atención médica en todos los niveles a la población abierta, lamentablemente estos casos seguirá sucediendo.
Pero si alguien piensa que el caso de los niños de Juárez doblegará al soberbio López Obrador, se equivoca, el tipo cree que todo lo hace es perfecto, aún a costa de la vida de inocentes.
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Apenas este Fisgón advertía que el presidente López Obrador finge detener la caravana de miles de migrantes en la frontera sur, cuando los hechos lo confirman.
Ayer, como fue consignado por todos los medios de comunicación, la caravana rompió el endeble cerco establecido por la Guardia Nacional y pasaron al menos 600 centroamericanos que ya caminan por el territorio nacional rumbo a la frontera norte.
Faltan 3000 porque según los reportes, esta enésima caravana es compuesta por 3 mil 500 personas.
En general la migración está ocasionando serios problemas al país, pero eso no parece importar en lo más mínimo al presidente, a él lo que le importa es rifar el avión presidencial. Una burla más para los mexicanos.
