Los cerebros de adultos de entre 37 a 55 años podrían estar envejeciendo de manera precoz, si tienen obesidad u otros factores relacionados con enfermedades cardiovasculares.
“Una barriga más grande puede ser signo de acumulación de grasas alrededor de los órganos abdominales lo que podría afectar el hígado o asociarse a otras anomalías metabólicas”
Rebecca Angoff, investigadora principal del estudio, que evaluó a más de 2 mil 100 mujeres y hombres de esas edades, informó que se utilizaron imágenes por resonancia magnética y pruebas de habilidades de pensamiento.
Destacó que en comparación con participantes más saludables, los que presentaban obesidad o problemas metabólicos, reportaron deterioro cerebral.
Los participantes fueron considerados metabólicamente no saludables si tenían dos o más de los siguientes marcadores: presión arterial alta, azúcar en sangre elevada, niveles altos de triglicéridos en sangre, bajos niveles de colesterol bueno, si tomaron medicamentos para la diabetes, hipertensión o colesterol.
La también becaria clínica en el Centro Médico, Beth Israel Deaconess, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston (Estados Unidos), dijo que la mala salud metabólica se asocia con la cerebral.
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De acuerdo con el estudio, entre las personas que no eran metabólicamente saludables, las imágenes por resonancia magnética mostraron un cerebro más pequeño respecto a las sanas.
La investigadora Judith Wylie-Rosett, profesora y jefa de la división de investigación sobre salud del comportamiento y ciencia de la implementación en el Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York, quien no participó en el estudio, planteó la importancia de medir la cintura.
“Una barriga más grande puede ser signo de acumulación de grasas alrededor de los órganos abdominales lo que podría afectar el hígado o asociarse a otras anomalías metabólicas”.
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Cada vez hay más evidencia de que la salud del corazón va de la mano con la del cerebro. Así, “un saludable estilo de vida reduce el riesgo cardiovascular y también disminuye el de demencia”.
Una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, pescado y grasas no saturadas promueve la salud del cerebro, puntualizó.
También, estudios en personas de 50 años o más demuestran que la actividad física regular y moderadamente intensa mejora la función cerebral, apuntó la especialista.
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