Un chimpancé puede deprimirse y hasta morir de pena por la muerte de un ser querido, quizá su madre. Como ejemplo tenemos la triste historia de Flint y su madre Flo.
Cuando su madre murió en 1972, Flint no pudo hacer frente a la vida sin su madre. Dejó de comer e interactuar con otros chimpancés y mostró signos de depresión clínica. Poco después su sistema inmunológico se debilitó tanto que murió a la edad de 8 años y medio.