Columnas

Secuestro: negocio o venganzas

Fidel Bañuelos

El secuestro en nuestro país volvió a representar uno de los más delicados acontecimientos de inseguridad. De acuerdo a información oficial, alrededor de 5 mexicanos de manera diaria sufren este suceso que en algunos de los casos terminan con la vida de las víctimas, aún y cuando el 92% de los hechos obedecen a intereses económicos.

Estados como Veracruz, Ciudad de México, Guerrero, Michoacán, Puebla, Chihuahua y Baja California, los que mayor índice delictivo registran. Se sabe, la mayoría de las víctimas son personas con alta solvencia económica: empresarios, artistas, ganaderos, industriales, comerciantes y políticos, sin embargo sólo uno de cada 5 delitos sí se denuncian.

Aunque otras versiones aseguran que las víctimas no necesariamente son altos pudientes, sino que como catedráticos, estudiantes, amas de casa y comerciantes, garanticen un pago que va desde los 50 mil pesos hasta el millón de pesos.

Los parientes cercanos prefieren realizar la negociación de forma directa sin comprometer a la autoridad policial debido a la alta desconfianza; tan es así que el 75% de los casos los han solucionado con el pago del rescate.

Según estadísticas globales, este delito creció en México en un 523%. Tan sólo en el mes de mayo del presente año, se atendieron 145 delitos y 971 en lo que va del presente año. El 68% del total de estos secuestros han ocurrido en Veracruz con 37; Estado de México con 33; Ciudad de México 12; Chihuahua con 9; Puebla7…

En la página oficial de la Universidad Autónoma de México, se difunde un serio trabajo de investigación en el que presenta información y estadísticas con respecto a este suceso, que de acuerdo a lo que describe, en el trabajo, el domicilio particular, restaurantes y sitios cercanos a la vivienda, es donde los secuestradores mayormente suelen cometer esta privación.

Y es que los secuestros van desde el sometimiento físico y psicológico hasta daño moral. Los autores de estos sucesos privan a la persona de su libertad, por días; así como de tipo exprés, que en un periodo corto, de horas, obligan a la víctima a pagar una cuota extrayendo dinero en efectivo desde un cajero bancario.

La modalidad del secuestro exprés, representa para el autor o autores, una manera rápida para tener acceso a dinero, y son cometidos por quienes se dedican generalmente al robo y no al secuestro. Por lo regular, los autores del delito dejan en libertad a su presa una vez que han logrado su cometido. En el catálogo de delitos, existen también los secuestros virtuales que son aquellos donde a través de llamadas telefónicas, se localizan a familiares de un supuesto pariente para intimidarlos y lograr recibir una fuerte cantidad de dinero.

De acuerdo a información del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, el 57 por ciento de los secuestros, son cometidos por los autores, en lugares próximos al trabajo como al domicilio particular de la víctima; y un 14% en el trayecto de estos puntos.

Llama la atención que el 75% de los rescates son a través de pago en efectivo sin la intervención de la policía y el 22% es con la participación policial. Sólo el 6% es sin pago de rescate y con la intervención de la autoridad. El 2% la víctima se da a la fuga o muere.

El secuestro, en lo que va del presente año, está convertido en uno de los 10 delitos más recurrentes, y compite al lado de abuso sexual, acoso, robos y extorsiones.

La situación actual ha prendido los focos rojos. Se está generalizando una psicosis sobre todo en 19 estados del país donde en lo que va del 2019, se han disparado. Urge, y la sociedad así lo exige, que legisladores modifiquen la normatividad para aumentar penalidades contra quienes cometan estos delitos y, que las autoridades gubernamentales se comprometan a actuar con rapidez y celeridad para la detención de los delincuentes.

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