El pasado lunes 15 de abril, durante su acostumbrada rueda de prensa fifi (porque no dice nada sustancioso en palabras del propio AMLO), el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador amenazó a la prensa libre con tomar represalias en caso de que se le criticara.
Así como se lee, el presidente amenazó a la prensa de México: “si se pasan, ya saben lo que sucede”.
Pero no solo eso, además instigó al pueblo de México al linchamiento de los medios de comunicación: “No es conmigo, es con los ciudadanos, que ya no son ciudadanos imaginarios”… O sea, te metes conmigo, te metes con el pueblo y así te anda yendo. Así de grave.
Después afirmó, como ya es su costumbre, que sus palabras fueron descontextualizadas o mejor dicho, no dijo lo que dijo. Pero ahí está la grabación que lo desmiente.
El contexto es que, en el marco de la participación del reconocido periodista mexico-estadunidense, Jorge Ramos, en la conferencia mañanera, quien dicho sea de paso le hizo ver su realidad al presidente al señalarle que las cifras que ofrecía al pueblo mexicano eran falsas, irreales, que eran sus cifras sobre la inseguridad, el huachicoleo, la corrupción, el empleo y otras que ha venido reiterando López Obrador en sus mañaneras, en pocas palabras, son mentiras.
Obviamente, la participación de Ramos tuvo eco en los principales columnistas de México, y al referirse a ellos, el presidente señaló lo siguiente: “vi a un columnista diciendo que los que venían aquí no eran buenos periodistas, que Jorge Ramos sí era muy buen periodista. No. Yo pienso, con todo respeto discrepo, creo que ustedes no sólo son buenos periodistas, son prudentes porque aquí los están viendo y si ustedes se pasan, pues, ya saben lo que sucede”…
Los que vienen aquí son buenos y si se pasan, ya saben lo que sucede…así el amago.
Luego, para que no quedara duda, agregó: “No es conmigo, es con los ciudadanos, que ya no son ciudadanos imaginarios. Hay mucha inteligencia en nuestro pueblo, antes se menospreciaba a la gente”. O sea, critícame y el pueblo te aplicará la justicia.
Es muy lamentable que eso pase. Nuevamente se ciñen sobre los periodistas mexicanos nubes negras que presagian tormenta.
Lo malo es que no es solo en el centro del país. Aquí en Chihuahua otro que está amenazando la libertad de expresión y por ende a los periodistas, es el titular de la Comisión estatal de Seguridad, Óscar Alberto Aparicio Avendaño, quien la semana pasada culpó a los medios de comunicación de ser los responsables de los problemas de inseguridad en la frontera.
Al comisionado una vez más se le hizo fácil culpar a los medios de comunicación de que el turismo no llegue a la frontera y que la situación económica se torne delicada, porque publican las noticias de la inseguridad y la violencia.
Así someten a la prensa, con amenazas. Buscan evitar que se diga la verdad y aplican el poder del estado, pero los medios de comunicación y los periodistas en México son mucho más que las simples declaraciones y las ruedas de prensa fifís.
Hace falta muchísimo más para acallarnos y al contrario, son un aliciente para seguir adelante. Ya lo veremos.
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