Era de esperarse que el Javier Corral Jurado pusiera el grito en el cielo al perder la manera de echarle mano a los recursos federales del Fondo Minero, y es que es imposible esconder que dicho fondo ha sido administrado discrecionalmente por el Gobierno del Estado, asignando recursos a su conveniencia inclusive en poblaciones no mineras y utilizándolo como moneda de negociación política o incluso como una forma de premio o castigo a quienes no se alinean a la voluntad del gobernador en turno.
Corral pretende seguir metiéndole mano al Fondo Minero para utilizar esos recursos de manera discrecional en la promoción de su desgastada imagen, que en la actualidad y para preocupación de su partido ha tocado fondo, pues tiene un 71.7% de desaprobación por parte de los chihuahuenses.
Y es que el Partido Acción Nacional y el gobernador no quieren entender porque sencillamente no les conviene, que en el nuevo régimen ya no existirán intermediarios que mangoneen y jineteen recursos a discreción, perjudicando a los más necesitados, a quienes siempre les llegaban menguados los apoyos, o que simplemente no veían llegar ninguno. De ahora en adelante, los recursos del Fondo Minero llegarán pero de forma directa a los pobladores de las comunidades realmente mineras
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Ahora resulta que hasta la alcaldesa María Eugenia Campos se queja de no recibir ese fondo, siendo que la capital no es una zona minera, y afirma con cinismo que los 5 millones iban a ser dirigidos a pavimentar calles, contar con infraestructura escolar, trabajar en rezagos de agua y drenaje, entre otras obras, ¡pero resulta que con esa misma cantidad apenas se beneficiaron con pavimentación 118 viviendas en 2017, y 180 en 2018, lo cual equivaldría a menos de cinco calles!
La prueba más fehaciente de la disposición del Gobierno Federal para apoyar a Chihuahua es la reunión que encabezó el viernes pasado, 15 de febrero, el diputado Ramírez Cuéllar, donde anunció una inversión histórica para apoyar proyectos de infraestructura prioritarios en todos los municipios del estado.
Le hacemos un llamado a Javier Corral para que deje de pensar en los reflectores que ingenuamente piensa lo colocarán en la carrera presidencial del 2024, le exigimos que se entregue en cuerpo y alma, como nunca lo ha hecho, a gobernar el estado y a que entienda que en el Gobierno de López Obrador ya no será coyote de recursos públicos.