Columnas

Una tradición, fuera de circulación…

Por: José Luis Domínguez Castillo

El Heraldo de Chihuahua sorprendió ayer con dos increíbles sorpresas, derivado de nuevos mecanismos de la cadena de periódicos a la que pertenece: la Organización Editorial Mexicana. ¿Por qué no hubo hoy publicación?, la primera, y ¿qué pasó con el vespertino?, la otra.

Sí, definitivamente extraña la ausencia de El Heraldo en este lunes de asueto. Ni modo que fuera por esa razón, si en los periódicos se trabaja domingos y días festivos, comentaban los asiduos lectores…pero, efectivamente contra todos los pronósticos, los empleados descansaron el domingo en vez del día 4 de febrero.

No, nunca había ocurrido semejante cosa, pero siempre hay una primera vez. Y luego vino lo más inimaginable, el cierre de El Heraldo De la Tarde, cumplidos sus 55 años de circulación en Chihuahua; su última edición fue el pasado sábado, pero sin decir agua va.

Desconocemos a fondo las razones del medio, seguramente se debe a la crisis financiera que ha pegado a miles de empresas en México y la OEM no es la excepción. El Heraldo de Chihuahua siempre ha sido pilar de la cadena periodística, las mayores aportaciones les llegaban de aquí, superando incluso a filiales ubicados en la CDMX y localidades muy cercanas al centro del país.

Y si eso le pasó a El Heraldo de Chihuahua, no queremos imaginarnos en qué condiciones económicas se encuentren otros periódicos más “chiquitos”. Aunque, aclaro, son especulaciones de quien esto escribe, la verdad completa solo la saben el director Javier Contreras y sus empleados de confianza.

Lo que sí puedo comentar es que El Vespertino era el fino cedazo para cualquier aspirante a reportero. Tras un considerable tiempo y según su buen desempeño, pasaba a formar parte de El Heraldo de Chihuahua, es decir, podía considerarse afortunado de pertenecer al periódico más influyente del estado.

Por ahí llegaron muchos entusiastas jóvenes, y no tan jóvenes, la gran mayoría comunicadores empíricos que no tenían estudios sobre periodismo. En esos años, no los necesitaban, porque El Heraldo era una verdadera escuela con excelentes Directores, jefes de Redacción, Información, Editores y –para evitar los horrores ortográficos- muy cultos correctores de estilo.

Cuestión de echar un vistazo a la hemeroteca y darse cuenta de quiénes laboraban ahí, por eso no los menciono ya que no es mi intención omitir a tantos excompañeros que a la postre y en su mayoría, logramos pasar del empirismo al profesionalismo con nuestros títulos de licenciados, masters y doctores en periodismo.

He manifestado en muchas ocasiones mi reconocimiento al propio Javier Contreras y a Felipe Fierro, aunque también tuve trato laboral con los “señores” Figueroa y Asúnsulo. Pero igual conservo la gratitud hacia don Andrés Páez Chavira, quien fue nuestro gran maestro en El Heraldo de la Tarde por muchos años en los que su Redacción la formábamos Norma Gómez, Carlos Borruel, Eugenio Sotelo y un servidor.

Superada la prueba de fuego que era el vespertino, en El Heraldo de Chihuahua pudimos desempeñar todo tipo de funciones y en las diversas secciones…fue “el De la Tarde” referente de muchos otros periódicos que, incluso, llegó un tiempo en que resultaba autosuficiente.

Qué pasará ahora?, otra vez, solo los dueños saben. Pero creemos que deberán fortalecer la edición matutina e impulsar con todo El Heraldo Digital…lo que debieron hacer desde hace muchos años atrás.    

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