El norte de Estados Unidos volvió a sufrir el jueves temperaturas polares que obligaron a las autoridades, por segundo día consecutivo, a cerrar escuelas, suspender vuelos y trenes, y abrir refugios de emergencia para los más vulnerables.
La ola de frío, provocada por un viento polar del Ártico que afecta a unas 60 millones de personas, ha dejado una docena de muertos, según un nuevo balance provisional. Las temperaturas cayeron incluso a -45°C en el norte del país.
La provisión de gas natural estaba bajo amenaza en Michigan y Minnesota, donde se pidió a los residentes reducir su consumo en la medida de lo posible, y tuberías de agua congelada se rompieron en Detroit y partes de Canadá.
Más de 2.300 vuelos internos e internacionales habían sido cancelados el jueves, según el sitio especializado FlightAware, y la compañía ferroviaria Amtrak esperaba empezar a reanudar los servicios tras cancelar todos los trenes el miércoles en Chicago.