Diversas agrupaciones de periodistas en México e internacionales están alzando la voz en el comienzo del año, ante el que se considera el primer asesinato de un periodista en 2019.
El radio-comunicador, Rafael Murúa Manríquez , director de la radio comunitaria “Radiokashana”, en el municipio de Mulegé, en Baja California Sur, fue encontrado asesinado a balazos el domingo 20 de enero.
En 2018, el comunicador ya había reportado amenazas por su labor periodística, por parte de autoridades municipales, según reportes de las organizaciones de periodistas.
La organización independiente, Artículo 19, había reportado su desaparición el día 19 de enero a través de su cuenta de twitter (@article19mex)exigiendo una investigación diligente y exhaustiva de los hechos y la activación completa y eficiente de los protocolos de búsqueda y localización de Rafael Murúa.
En ese momento, Articulo 19 señalaba que “la prioridad para las autoridades debe ser la aparición con vida del periodista”.
Demasiado tarde, horas después Rafael fue encontrado sin vida, con varios disparos en el tórax, en una brecha a 40 kilómetros de San Ignacio Santa Rosalía. Testigos habrían dicho que fue secuestrado por un comando armado cuando se desplazaba en su vehículo.
Rafael deja en la orfandad a su esposa y tres hijos.
Ante estos lamentables hechos, el gremio periodístico se manifestó en “continuo duelo”, porque no cesan los ataques de muerte en contra de los comunicadores en México.
Según la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), Murúa había denunciado amenazas por parte del presidente municipal de Mulegé y publicó: “En 52 días de gobierno de Felipe Prado he vivido más agresiones y abuso de autoridad que en los 6 años anteriores, desde que ejerzo el periodismo en mi natal Santa Rosalía”.
Ninguna autoridad tomó cartas en el asunto.
La pregunta es: ¿cuántos comunicadores más habrán de sucumbir a las balas asesinas antes de que se tomen medidas efectivas?
