Por: Iván Duarte
Todo está puesto para que el PRI, ese partido agonizante tricolor efectúe el 24 de febrero, domingo, su proceso de elección para renovar la dirigencia estatal. Con la intención no solo de revivir al muerto, sino de recuperar espacios políticos. El PRI no se ha dado por vencido.
Este domingo 20 de enero, con la anuencia y posible asistencia de Claudia Ruiz Massieu, presidente actual nacional de ese partido, y por la mañana, quedará instalado el Consejo Político para definir las reglas del juego y emitir la convocatoria de la renovación.
¿El proceso?, la consulta a la militancia. Por primera vez buscan lo que nunca. Preguntarle a sus militantes.
En este preámbulo, el pasado 09 de enero quedó registrada la “Planilla Blanca”, para conformar ese consejo político, que inicia opersciones formales este domingo.
Se anunció con bongo y platillo esa planilla de unidad, conformada -dijeron- con todos los liderazgos del PRI, y dónde según trascendió en varios medios, reaparecieron en escena Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora, Felipe Cervera Hernández, Mauricio Sahuí Rivero, Jorge Carlos Ramírez Marín, Víctor Caballero Durán, entre otros.
Salvo los incondicionales que lanzaban porras (que no eran tantos), no todos vieron con buenos ojos la reaparición de Ortega Pacheco. Aunque entre las opiniones recabadas se reconoció que al menos el partido recibió “una bocanada de oxígeno”, expresión acompañada por un “ojalá no sea ella quien dirija al partido”.
Y ella lo dejó claro ante los medios de comunicación “No busco nada en Yucatán”, otra expresión que transmitió cierta tranquilidad entre los militantes que alcanzaron a oir la entrevista.
Cuatro días después, el 13 de enero pasado, la ex gobernadora inició una nueva campaña nacional, con la intención de generar un frente social opositor al Presidente Andrés Manuel López Obrador, en su mira puesta a ser ella quien dirija, después de Ruiz Massieu al PRI nacional. Aunque algunas fuentes cercanas a Ortega Pacheco, aseguran que en caso de no lograr su cometido, la nueva apuesta será crear su propio partido político.
Mientras tanto aquí en Yucatán surgen nuevos loderazgos y algunos no tan nuevos que buscan ser la cara fresca y renovadora del PRI. Algunos de ellos liderazgos creados y de línea y otros que surgen de las bases del militante de a pie.
Los principales son: Álvaro Traconis, Walter Salazar, Dafne López o Dafne papá y Francisco Medina.
No es secreto, Álvaro Traconis y Walter Salazar representan la marcada línea. Alfiles de Jorge Carlos Ramírez Marín y de Rolando Zapata Bello. Incluso Salazar Cano cuenta con marcadas diferencias con los grupos al interior del PRI.
Dafne papá, es una apuesta que se activa como el retorno de la vieja guardia que era cercana a la militancia, la de los tiempos cerveristas de los que sabían gobernar -dicen- entre los activos al partido.
Resta una figura, Francisco Medina Sulub, quien tiene dos características que otrora el PRI hubiera desdeñado con la mano en la cintura. Pero los tiempos emergentes de hoy lo convierten en el punto de apoyo que parece necesitar la palanca de la maquinaria del PRI para reactivar su maquinaria.
Cuenta con respaldo sincero del militante de a pie, tanto joven como de viejas luchas. No tiene vínculo de poder familiar. No tiene poder heredado. No es junior.
Pero a esas dos características hay que agregarle un “pequeño” ingrediente. Francisco Medina Sulub fue dirigente del Frente Juvenil Revolucionario (FJR), organismo del PRI, en tiempos cuando el ahora Gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas fue el nacional de ese mismo organismo.
Guardan desde entonces una estrecha relación de amistad. Y ahora el campechano suena como la carta más fuerte a dirigir el PRI nacional en lugar de Ruiz Massieu.
Y ese “pequeño ingrediente” le representa hoy a Medina Sulub un fuerte padrinazgo que conjuga tres aspectos: liderazgo sincero, no es junior y trae padrino de peso.
Y eso ya se sabe en la cúpula priísta local. El PRI comienza este domingo su proceso de renovación interna y desde ahora ya se analizan los posibles perfiles.
Decían por allá que la Casa del Pueblo está convertida hoy en una gran sala de Terapia Intensiva. Quieren hacerle una transfusión sanguínea al moribundo. La gran incógnita es si elegirán la sangre adecuada.
