Por: José Luis Domínguez Castillo
Magistrados, gobernadores y hasta algunos diputados, del mismo gobierno en turno, ya la rechazaron. Incluso, la mayoría, se han amparado para no dejar de percibir sus jugosos mínimo 200 mil pesos mensuales. Sin embargo, la Ley Federal de Remuneraciones a los Servidores Públicos va “viento en popa” con el aval del pueblo mexicano.
Nadie deberá ganar más que el presidente Andrés Manuel López Obrador. Está bien, lo aprobamos, pero que la medida también aplique para los que menos tienen, como que ya es un despropósito. Y es que resulta inconcebible que ahora hasta a los trabajadores de limpia, lejos de poder ampliarles su sueldo, se les reduciría!
Al menos esa es la reciente polémica que ha causado la LFR en la Ciudad de México, donde los diputados pretenden establecer como salario base a los empleados de esta área, una remuneración de 100 pesos diarios y no de 130 como lo tienen estipulado actualmente.
No, si ya bien dicen que cuando la perra es brava hasta los de casa muerde. Y es que se trata de casi 500 trabajadores que ofrecen sus servicios de limpieza a la Cámara, donde los inconscientes legisladores justifican la propuesta como una manera de “ahorrar sustancialmente” por estas contrataciones.
La licitación denominada “para el servicio de limpieza de bienes muebles e inmuebles del recinto legislativo” establece que el convenio sería por tres años, del 1 de enero de 2019 y hasta el 31 de diciembre de 2021. Pero la respuesta de los empleados será antes de esta fecha, pues ya se organizan para manifestarse públicamente y reclamar al mismísimo López Obrador por su traición.
El paro de labores sería al interior del Palacio Legislativo de San Lázaro para solicitar que se modifique dicha licitación y se establezcan como base los salarios de 130 pesos y no de 100…descontando por perdido todo intento de aumento exigido anteriormente.
Son esa y muchas otras propuestas más las que se han aplicado de forma incongruente. Favorecen con amparos a quienes sí ganan millonadas y se van con todo en contra de quienes menos tienen. El temor cunde por todo el país, porque si eso hacen en la CDMX qué no harán en las desprotegidas “provincias”.
Claro que la situación es grave, porque trabajadores de este nivel sí sienten el abuso en los bolsillos. La frágil economía familiar se ve trastocada con una reducción de este tipo, aunque sean unos cuantos pesos, según los ricos.
Mire si no. Para un mexicano con el salario actual, comprar alimentos en un día, como un kilo de frijoles, uno de tortillas, otro de huevo, algunos tomates y cebollas, tendrá que gastar casi toda su jornada. Y no le alcanzaría para comprar litro ni mucho menos carne o pescado.
Espérese, falta considerar el transporte diario para ir a trabajar, ropa y medicinas; así que necesitaría quitar algo de los alimentos para poder pagar. Así es que, lamentablemente, tienen “prohibido enfermarse” porque asistir al doctor es otro gasto fuera del presupuesto diario.
No son los únicos, esos empleados de limpia del antiguo DF, ni ganan menos que otros obreros, pero como van las cosas, pronto seguirán otros trabajadores…mientras que magistrados, gobernadores y mismos diputados sí defienden a capa y espada sus millonarios sueldos que, en muchos de los casos, ni siquiera desquitan.
