Columnas

El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco

 

La marcha Celeste tomó el país

Fueron 159 las ciudades de México donde grupos de ciudadanos salieron a las calles para expresar su rechazo al aborto, un acto tumultuario que establece la polémica en torno a esa práctica rechazada socialmente pero en la cual se sigue insistiendo por parte de ciertos grupos de izquierda.

No es noticia decir que la agenda legislativa de Morena considera proponer la legalización del aborto, no es algo que deba espantar y hasta puede considerarse normal en un partido cuya militancia mayoritaria es de origen izquierdista.

Lo que sí llama la atención es que la sociedad se organice y más allá de influencias partidistas salga a la calle a expresar el rechazo a una práctica que atenta contra el pensamiento y la idiosincrasia de la mayoría de mujeres y hombres en México.

Ni siquiera en Morena hay unidad en torno a la aprobación del aborto; en Sonora hay voces como la de la senadora Lilly Téllez quienes han expresado un rechazo total a la legalización del aborto; también el senador de Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar se manifestó en contra del aborto; el dirigente del PAN, Marcelo Torres fue de los primeros en expresar que su partido está a favor de la vida y no apoyarían una “cultura de muerte”.

Los ciudadanos que salieron a la calle en todas esas ciudades mandaron un mensaje muy claro al Poder Legislativo y le pidieron al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador no tomen una decisión sobre el tema sin antes consultar al pueblo y lo que este realmente desea.

Hay voces que de inmediato trataron de descalificar a los ciudadanos que marcharon, aduciendo su pertenencia a organizaciones religiosas, como si eso les quitara su carácter de ciudadano y los limitara en su derecho de expresar su rechazo a legalizar el aborto. No dudo existan muchos ciudadanos que marchen por cuestiones de creencias religiosas, pero también participaron médicos, sicólogos, abogados y ellos expusieron argumentos científicos y éticos para que esa práctica no tome carácter legal.

El punto central de la marcha ciudadana en contra del aborto, es que esa decisión no solamente corresponde a un grupo legislativo en particular, se trata de un tema que debe discutirse ampliamente y de frente a la sociedad, donde las ideas a favor y en contra sean escuchadas y más allá de los gustos personales prevalezca el interés de las mayorías y no de las minorías.

Es evidente que con un grupo legislativo de inmensa mayoría, Morena y sus aliados puede darle cabida al tema en la agenda legislativa e incluso lo pueden aprobar; pero si lo hacen a escondidas de la sociedad, sin antes realizar una extensa consulta donde participen todos, le darán la espalda a un pueblo que creyó en ellos y que los puso en el lugar donde están, no para que hagan lo que quieren, sino para que obedezcan el mandato popular.

Que grupos organizados establezcan una postura al unísono no es algo que comúnmente se presente en México, menos que sea en todas las entidades y menos es común que los marchantes promedien seis mil personas por manifestación; eso es lo inusual y lo que establece el grado de la inconformidad con la propuesta.

La marcha Celeste no se circunscribió a una zona geográfica del país: ciudades como Mérida, Tijuana, de Guadalajara, Veracruz, de Ciudad Juárez, Chihuahua, Torreón, Monterrey, Hermosillo, Nogales, Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Guanajuato, León, Colima, Tepic, Culiacán, Campeche, Villa Hermosa, Saltillo, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas y muchas otras dieron muestra de que la propuesta no es del agrado popular.

Ahora, si los grupos que organizaron la marcha piensan que esa demostración es suficiente, están muy equivocados; los lobbys que promueven el aborto son activistas efectivos y saben que más allá de salir a la calle el trabajo se les facilita porque tienen de su lado a los legisladores y con un buen trabajo de relaciones públicas pueden lograr que se legisle a favor del aborto.

 

Rafael Cano Franco, es reportero y conductor de noticias, preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.

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