Por: Rene Medrano
Con tan solo colocar la mano sobre el vientre abultado de una mujer embarazada se puede sentir la vida que hayadentro, entonces podemos decir con certeza “salvemos las dos vidas”.
Cuando sembramos una semilla, nos esforzamos en hacer una pequeña fosa, poner la tierra adecuada que habrá de recibir esa semilla, la colocamos en el fondo, rellenamos la fosa y luego la regamos con dedicación y esmero, y esperamos que de ello nazca un árbol, la semilla entonces es la fuente que le da vida al árbol.
Esa analogía podría aplicarse claramente a la concepción de la vida humana, es colocar una semilla que dará vida, luego entonces si no queremos que haya vida para que la sembramos. Y si ya la sembramos porque nos sorprende que nazca el árbol y lo queremos arrancar de raíz, lo queremos desenterrar.
Chihuahua, se ha unido al grito pacifico de defender la vida, de pronunciarse a favor de la familia, movimiento que crece día a día sin necesidad de confrontación, de agresiones, sino a través de la manifestación pacífica, de promover la integración familiar, la unión del núcleo social que hace funcionar a un colectivo.
Es una acción que ha recibido replicas en toda Latinoamérica, y que ha llegado a Chihuahua y logró congregar a diferentes agrupaciones civiles y religiosas, juveniles y de no tan jóvenes, líderes sociales que tienen diferentes estilos en la búsqueda de soluciones,
Pero lo más importante de este esfuerzo es que no busca una bandera política, no promociona ninguna ideología, no impulsa a ninguna figura política, es un manto azul (azul por el pañuelo de ese color que los identifica) que se va extendiendo cubriendo el territorio nacional.
“Salvemos las dos vidas”, no busca confrontación, encono, ni enfrentamiento con nadie, es por eso que es un movimiento positivo, atrás quedo el “NO AL ABORTO”, para dar paso al “SÍ A LA VIDA”, es un movimiento en donde las mayorías (que curioso se escucha esto) sean escuchadas.
Ya es momento de que el discurso manejado por la ideología de género y el libre derecho de la mujer para decidir lo que hace con su cuerpo, dejen de lado la comodidad del mensaje de que son víctimas de discriminación y acoso.
La política globarizadora que empieza a permear en todo el mundo es la primera que le presta más atención a las voces de las minorías, por encima de lo que piensan u opinan las mayorías. La ideóloga de género reprende a los que no piensan como ellos y segrega, acusa, señala y etiqueta como homofóbicos, tradicionalistas, radicales e intolerantes.
Pero ahora con el movimiento “Salvemos las dos vidas”, se está enviando un mensaje a todo el país: pensar diferente no es ser intolerante, defender la vida no es ir en contra de la mujer, es un mensaje de acción, positivo y propositivo, de esfuerzo y decisión.
Si algunos gobiernos y legisladoras y legisladoras defiende el libre derecho de la mujer, que ha sido impuesto por un grupo, tal vez numeroso, de personas que así piensa, porque no escuchar a una multitud, a una “marea azul” que va a favor de la vida de la madre y de la criatura que ha sido concebida por hombre y mujer.
Es tiempo de que las mayorías sean escuchadas también, es tiempo de que se deja de considerar homofóbico, radical o intolerante a quien piensa diferente y lo expresa, pues la libertad de expresión es un derecho fundamental que se le otorga tanto a las minorías como a las mayorías.
Ese grito por la vida debe ser escuchado… “SALVEMOS LAS DOS VIDAS”.