Fue en 2003 cuando los investigadores lo vieron por primera vez, pero por el crecimiento urbano y las actividades agropecuarias que afectan al bosque del volcán de Toluca, en el Estado de México, terminaron por eliminar a la especie.
Principalmente las razones por las que desapareció de la vista de los humanos fue por el crecimiento de las poblaciones que redujeron su hábitat, deforestación, contaminación, incendios forestales, pastoreo, extracción clandestina de madera, pastos y suelo, así como la caza.
El “Conejito de los volcanes” medía aproximadamente 30 centímetros de largo, y tenía cola de 20 a 30 mm, orejas de 40 mm con peso de apenas 600 gramos.
A los teporingos también los llamaban “cuitlatepolli”, del náhuatl (“conejo de rabo corto”) o “cacatuche” (“conejo del zacate’’). También los llaman “tepolitos”, “burritos” o “volcano rabbit” y conejito de los volcanes.
Cabe mencionar que también existen otras especies en riesgo como el coyote y el lince de la zona de los volcanes, puesto que comían de este teporingo.
Sin embargo, la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales aclaró que el mamífero no puede declarársele como extinto ya que requieren 50 años para demostrar que en verdad sucedió así.
