Pequeños productores entregaron una carta al próximo gobierno, donde dan fe de la falta de políticas de producción, de precios e infraestructura
- La mejor forma de llevar a lecheros a la ruina, es importar leche en polvo y derivados lácteos
- Se venden como leche, pero son adulterados: Álvaro González
En una carta que el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, envió al próximo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, le piden poner fin a un proceso de extinción de un gremio al que sobreviven 150 mil pequeños y medianos productores (de un total de 800 mil) después de 24 años de sobrevivencia a los que fueron sometidos por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN.
Por conducto de Álvaro González Muñoz, dirigente de esta organización, se hizo saber al nuevo gobierno la necesidad de transformar la relación que las anteriores administraciones dieron a este segmento de productores, quienes experimentaron una paulatina desaparición de hasta 630 mil pequeñas unidades productoras de leche, y la pérdida de más de un millón de empleos, “todos en el medio rural y no cotizan al seguro social”.
En el actual gobierno, dijo González Muñoz, se olvidaron de la existencia de 150 mil pequeños ganaderos, con establos de 10 a 40 vacas, pero que aportan cerca del 80 por ciento del volumen producido anualmente en el país.
Mencionó que la actual SAGARPA estuvo sin dirección durante el actual sexenio, misma que cambió hasta tres secretarios, recordó que Ildefonso Guajardo secretario de Economía jamás cumplió con la función de atender al campo mexicano ya que solo se dedicó a beneficiar a las grandes cadenas comerciales.
La competencia desigual y desleal de nuestro propio gobierno, añadió, provocó la quiebra de los establos y el remate de sus vacas de regular y mediana calidad en cuanto a razas, y que fueran a dar más de un millón de animales a los rastros municipales.
“Los llevó a la ruina, sin posibilidades de retorno, sobre todo que eran explotaciones familiares y de varias generaciones”, lamenta González Muñoz.
Desde hace tres administraciones, añadió, los productores de leche trabajamos sin una política de fomento a la producción, sin una política de precios y comercialización, sin estimular la agroindustria y la modernización.
En esta actividad, dijo, se da una contradicción entre tres dependencias, las cuales cuentan con recursos cada una para impulso de la ganadería lechera: Agricultura (Sagarpa), que supuestamente debería apoyar a las organizaciones de productores con infraestructura y vaquillas de reposición; Desarrollo Social, que trabaja de la mano con LICONSA. Dan prioridad a Programas Sociales de distribución de leche barata, que compran también muy barata a pequeños productores.
También participa la Secretaría de Economía, más interesada en negociar compras al extranjero a través de los Tratados de Libre Comercio, en donde la adquisición de leche subsidiada es uno de los principales ganchos, sin considerar que estas compras al extranjero “son la mejor forma de llevar a la ruina a los productores nacionales”.
Nada menos, añadió Álvaro González, los Tratados de Libre Comercio de México con la Unión Europea, con Estados Unidos y con el Acuerdo de Asociación Transpacífico, se realizaron “sin la consulta a los productores”. Cuando venga la hora de la verdad, los perdedores seremos nosotros, porque nos pusieron a competir con economías desiguales.
La negociación más reciente es la del TLCAN. Su instrumentación fue injusta, ya que en lácteos sólo se beneficiará al 0.56 por ciento del total de productores, todos socios de las principales empresas, como Alpura, LaLa, Nestlé, Danone, Sigma y otras, a las cuales se condonarán impuestos a importaciones.
Esto significa que se alienta la adulteración de lácteos, lo cual va en contra de la economía de los consumidores y la quiebra de los productores nacionales.