Columnas

MÉXICO SOCIALISTA


Por: Fidel Bañuelos

Nadie olvida los grandes movimientos sociales que ha enfrentado México: 1884, 1892, 1926, 1965, 1968, 1972, 1994, 2006… y muchos más, distinguiendo el de 1910.
La lucha de clases, las movilizaciones de organizaciones para la defensa obrera, estudiantiles y las insurrecciones campesinas, han sido intentos por consolidar en México la radical ideología comunista, lograda en países como China, la URSS, Polonia, España, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Chile, Venezuela, Brasil…
Estos temblores humanos que tras una organización y planeación auspiciada desde el extranjero por las principales cabezas de la izquierda mundial, permitieron que en México se midieran fuerzas. Sin embargo el embate comunista-socialista nunca dobló las manos. Presidentes de la República como Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas fueron claves para darle entrada a grupos radicales.
La historia ahí está; plasmada en los libros y en las memorias de sobrevivientes.
México terminó cediendo a la presión que comenzó en el año 2006 con Manuel López Obrador, o quizás en 1988 cuando la izquierda encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas parecía tomar el control desde la casa presidencial.
Si bien es cierto y desde su creación el Partido Revolucionario Institucional dirigió y encabezó luchas con el mismo sentido social. Los errores de dirigentes y novatos líderes tricolores, fueron absorbidos por la ambición y el deseo de tener poder. Sin rumbo ni ideología, ahora son señalados por los mexicanos como causantes de este desvío gubernamental.
El cambio que los mexicanos pidieron en el año 2000, tampoco fue suficiente para que el Partido Acción Nacional regresara al poder. La gente se fue por el populismo del tabasqueño López Obrador, quien debido a una buena campaña de marketing y posicionamiento en redes sociales, los resultados electorales del proceso 2018 le fueron favorables.
Ahora nuestro país está a punto de cambiar su rumbo o conservar por el que ha transitado con sus altibajos.
México es ya socialista. Una recompensa y un trofeo para los radicales de la izquierda: Su sueño hecho realidad. La historia de los países que han sido gobernados por este régimen, no ha sido buena. Sin embargo López Obrador recibió la confianza de millones de mexicanos que salieron de sus casas y llegaron a las urnas para entregarle el voto.
El tabasqueño enfrenta el gran reto: o cumplirle a todos o defraudarlos.
Su gente votó para que regrese la paz al país; para que haya mayores oportunidades de crecimiento económico en los hogares; por una educación gratuita; para erradicar la corrupción en todas las esferas y sectores; para reducir el costo de los combustibles y para reducir las enormes nóminas gubernamentales.
Un sistema de gobierno socialista, en su fina y exacta definición y aplicación, provocaría que nuestra nación retrocediera décadas de años. En riesgo estaría la banca, las grandes empresas de reconocidas marcas comerciales y, los medios de comunicación.
Sin embargo la mayoría de los mexicanos han pedido otorgarle al gobierno que en diciembre asumirá el poder, la confianza. Todos sin excepción piden a estas autoridades, no equivocarse.
México es un país con enormes riquezas naturales; con potencial turístico y con materia prima de exportación. México es grande por su gente, por su desarrollo comercial; por su agricultura, ganadería, pesca; por su industria y su riqueza forestal.
Los mexicanos merecemos crecer y demostrarle al mundo, que nuestra mente y visión, están hacia delante. Escribiremos nuestra historia: No retrocederemos.

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