Columnas

Convierten fiestas en funerales

Por: José Luis Domínguez Castillo

Nunca será suficiente cualquier medida preventiva, consejos y “molesta” vigilancia sobre la seguridad de nuestros hijos, pero debemos insistir para evitar en lo posible tragedias como la ocurrida el domingo durante la madrugada, cuando al menos siete jóvenes perdieron la vida en volcadura.

De ninguna manera es la intención causar más dolor del sufrido por familiares y amistades de las víctimas, pero lamentablemente es un ejemplo de lo que nuestros jóvenes no deben hacer mientras salen a divertirse y donde, algunos, actúan de manera irresponsable terminando con la vida de sus compañeros.

Explosiva, mortal, combinación de varios factores. La mayoría de los muchachos, porque el mayor es de 24 y el menor era de 16 años, viajaban en la caja de la pick up y el vehículo era conducido por una mujer a exceso de velocidad y, según reportes de autoridades, en estado de ebriedad ya que en la escena del choque se encontraron botes y botellas de bebidas alcohólicas.

Y aquí, nuevamente, todos tenemos parte de culpa: sociedad y autoridades. Los directamente responsables, que huyeron pero ya fueron identificados y son buscados; los padres de familia que nos falta más control sobre nuestros hijos, y los agentes de Tránsito que son pocos y brillan por su ausencia en casos como estos, donde pudieron evitar la tragedia si los paran por el solo hecho de viajar en la caja de la camioneta.

La ley marca que un vehículo pick up es de carga y no es para transportar personas, aunque siempre hay la excepción de la regla y en algunos casos se permite este peligroso traslado, como por ejemplo cuando una empresa privada o gubernamental lleva en su unidad oficial a trabajadores de la misma.

Sin embargo, desde hace muchos años, una de las maneras clásicas para trasportarse, por parte de la familia que salía de paseo, era en la caja de una camioneta pick up. Niños, adolescentes, la mamá y hasta el perro, se sujetaban como podían, ya sea para ir de visita o en trayectos más largos, a las presas o balnearios, por ejemplo.

Esto ya no es posible, al menos en carreteras y puentes de Jurisdicción Federal, porque el artículo 70 del Reglamento de Tránsito de la Policía Federal de Caminos aplica inmediatamente una sanción administrativa. Y si a ese traslado de personas se agrega la falta de cinturón de seguridad, se multa con un equivalente a $1,460 a $1,826 pesos aproximadamente, aunque tal vez actualmente haya aumentado considerablemente.

Pero en lo local, lo que corresponde a Tránsito capitalino, ¿qué pasa, dónde están los retenes y operativos de vigilancia? La respuesta del director de la Policía Vial, Carlos Reyes López, fue que sí tienen operativos, “pero aun con retenes no vamos a evitar este tipo de actos tan irresponsables”.

Ciertamente, el llamado más fuerte es a la comunidad, a los conductores de que se comporten de manera más responsable y sobretodo anticipar a las consecuencias que sus actos pueden llevar. No convertir las fiestas, de inicio sanas y divertidas, en un final trágico, de funeral.

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