Una playa de Maine ha sido el lugar donde han aparecido estos restos de animal. Se trata de parte de la carcasa de una criatura marina, que mide (al menos lo que queda de ella) unos cinco metros de largo. Pero, ¿a qué animal pertenecen? Los lugareños pensaron en un principio que podrían pertenecer a una ballena. Pero los expertos creen que todos los indicios apuntan a que no se trata de un mamífero marino.
Un primer examen a los restos sugiere que pudieron pertenecer a un tiburón peregrino. Se trata del segundo pez más grande del mundo (solo superado por el tiburón ballena), que puede medir hasta diez metros de largo, y pesar unas cuatro toneladas.
Este animal se alimenta filtrando el agua para asimilar el plancton y el krill que contiene. Los investigadores creen que fue pasto de uno o dos tiburones blancos que lo mutilaron de ese modo.
Fuente: LiveScience.