Columnas

Transformarse o morir

¿Vive el PRI sus últimos días?
Por Fisherman
Los resultados electorales del pasado domingo primero de Julio, marcaron no sólo un parteaguas en la política mexicana, para muchos se trata de la desaparición del Partido Revolucionario Institucional, al menos como se ha venido concibiendo, y ya no se trata nada más de un cambio de siglas, que por cierto se encuentran tan desgastadas que los mismo priístas ya hasta temen decir que son del tricolor.
La derrota tiene que ver con el hartazgo por los errores de los gobernantes, desde el señalamiento en contra de los Duarte, el de Chihuahua y el de Veracruz, por los aumentos en gas, gasolina, las promesas incumplidas, pero sobre todo a una campaña bien estructurada para desacreditar a la estructura del poder y la imagen de un partido que fue señalada como nunca antes como corrupto.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) cayó hasta el quinto lugar, con sólo 13 escaños en la cámara Alta o de Senadores, con todo y los integrantes de la coalición de “Todos por México”, (integrada con el Partido Verde Ecologista y Nueva Alianza) suma apenas 18 senadores.
Pero eso no es todo, fue tal el descalabro del PRI que arrastro hasta el sótano a Nueva Alianza, que dicho sea de paso, está punto de perder el registro, al igual que el Partido Encuentro Social, al cual no le aguanto su alianza con López Obrador, pero este último puede ser salvado con la venia del “mesías”.
El parteaguas da paso a nuevos liderazgos, que se antoja muy difícil que lo pueda lograr el nuevo partido en el poder, debido a la conformación del mismo. Es cierto que ganaron, pero en esa mescolanza, en ese afán de no sólo derrocar al PRI, sino de destruirlo, juntaron a perseguidos por la justicia, como en el caso de “Napito”, pero también a quienes renegaron del Partido Acción Nacional, quienes se fueron del PRD, y quienes simularon estar en el tricolor y apoyaron a los morenistas.
Esa es la realidad del PRI, muchos que se decían priístas de hueso colorado y que fueron incluso dirigentes, la jugaron en contra, todo porque no siguieron siendo los número uno en las listas de candidateables, ante ese panorama que le puede esperar al tricolor.
No se trato de la una derrota como la de hace 18 años cuando Fox arrebato la Presidencia de la República con su frase de “Saquemos al PRI de los Pinos”, ni siquiera la derrota que le volvió a propinar Felipe Calderón cuando los números o votos, se encontraban muy parejos. Ahora no, simplemente desapareció el voto duro del otrora partidazo.
Ahora falta ver quién se queda a recoger las cenizas, porque hacía el interior, hay muchos heridos y continúan muchos simuladores, aunque en la debacle, los traidores son los primeros que abandonan la nave.
Ante esta situación, sólo queda el de la transformación total, siglas, estatutos y planes de acción o desaparecer. Al tiempo

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