Ultima semana previa a las elecciones y todavía se habla de un buen porcentaje de indecisos que lo único que quiere decir es que ha fallado la comunicación.
Resulta difícil de creer lo anterior, porque antes del aranque las campañas se decía que serían las elecciones más mediáticas en la era de la información. Lamentablemente lo único mediático ha sido la guerra sucia en la que se han despachado los partidos y candidatos con la cuchara grande.
Estamos a unos cuantos días de terminen las campañas que tuvieron una duración de tres largos meses, sin que los cuatro aspirantes presidenciales no hayan logrado convencer al electorado, para bien o para mal.
Esto quiere decir que los candidatos y los partidos evitaron apostarle a los medios de comunicación como tales, no a través de los miles de spots que les resultan gratis en radio y televisión que les obsequia el Instituto Nacional Electoral (INE) y que la mayoría utilizó, insisto, únicamente para la guerra sucia.
Mientras que en las redes sociales, por las que se suponía que se iban a “resolverse” estas campañas en cuanto a la difusión de mensajes, difícilmente se pudo encontrar una propuesta seria.
De hecho, antes del primer debate entre los candidatos presidenciales , que ocurrió el 22 de abril –casi un mes después del arranque de la campañas–, la mayoria de los votantes no conocían una propuesta firme de quien encabezará el próximo gobierno y aun después de ese primer encuentro, la opinión generalizada fue que se dedicaron a golpearse en lugar aprovechar el máximo foro para llegar a la gente.
En el antes y el después, la ciudadanía y los medios de comunicación tardamos en encontrar las propuestas.
Todavía hoy se habla de que los que aspiran a encabezar el próximo gobierno no tienen ni la más remota idea de lo que harán en economía, de algunos dicen que ni idea tienen de “cómo se mueve la economía mexicana”, mientras que otros han gastado todo en propuestas vanas como “mochar las manos”, “combatir la corrupción”, “bajare la gasolina”… y otra andanada de simplesas.
Los candidatos y los partidos políticos y aun los independientes, que en su momento fueron fortalecidos por ellos, olvidaron por completo a los medios de comunicación como la manera de poder llegar a toda la ciudadanía.
Le metieron a las redes sociales pero sólo para dos cosas: la primera para denostar al contrario y la segunda, para crear l falsa ilusión de que iban arriba en las preferencias y de que “todo” mundo estaba con él.
El problema es que todos se van con la finta que “los medios de comunicación pasan por su peor época” sólo porque los impresos no se han logrado enganchar en la nueva era pero aún así persisten y tienen a sus respectivos lectores cautivos, que casualmente, no solamente son leales, sino que son personas que forman opinión.
Además de que olvidan a la radio, a la televión y a que los propios medios impresos ya tienen sus respectivas páginas web en donde comiten en el “minuto a minuto”.
No se trata de una defensa a ultransa porque soy comunicador, lo digo con todo conocimiento de causa. De lo contrario, ¿cuál sería el éxito del Mundial de Futbol Rusia 2018, si los patrocinadores, las federaciones y los países, no le apostaran a los medios de comunicación?, ¿cuál sería el éxito del futbol nacional, del beisbol y de tantos otros espectáculos?
El partido México contra Alemania, el más visto hasta ahora en México, tuvo una audiencia de 16 millones o más de 41 % de los televidentes.
Comparativamente, los propios debates demostraron que la gente se interesó. Tuvieron un promedio de rating de 14 millones (40% de televidentes en el país), con la salvedad de que los medios electrónicos estaban obligados a la transmisión porque así lo determina el INE en los tiempos oficiales, pero fue una muestra de que los mexicanos nos enteramos a través de los medios de comunicación.
Quizá los medios no nos hemos interesado en mostrarnos como opción, pero lo indudable aquí es que han sido desaprovechados.
Escríbame a jefeenrique@yahoo.com.mx.